Hoy:

    Venezolanas acusan a peruano de violarlas con el cuento de conseguirles trabajo

    El sujeto fue detenido y cumple prisión preventiva en un penal de la capital. Ellas dieron sus testimonios y tienen temor a represalias

    Ciudadanas venezolanas lo acusan de haberlas engañado. Foto: Cuarto Poder

    Hasta la fecha, unos 700 mil venezolanos han ingresado al país huyendo de la crisis económica, política y social que ha generado el Gobierno de Nicolás Maduro.

    Sin planificarlo y prácticamente expulsados por una situación imprevista, los venezolanos han tenido que migrar a distintos países de la región en búsqueda de un futuro incierto.

    Sin embargo, en el Perú las mujeres venezolanas han recibido un duro golpe que va más allá de la piel y cometido por un delincuente peruano que ha ultrajado a distintas mujeres de esa nacionalidad.

    Paolo Obregón Ruesta, de 33 años, fue sindicado por la Policía Nacional como un violador en serie que les ofrecía a las migrantes trabajo seguro y luego se aprovechaba de ellas y las violentaba.

    Cuando los efectivos lo capturaron finalmente el último 31 de enero último, él ya había abusado de cuatro jóvenes. Hasta el momento no se sabe si es que hay más víctimas de Obregón.

    Según cifras del Centro Emergencia Mujer del MIMP, solo en 2018 se registraron 763 casos de violencia contra ciudadanas extranjeras, de las cuales 420 fueron contra mujeres de nacionalidad venezolana. Otras 68 son argentinas y 58 colombianas.

    De 149 feminicidios que se registraron el año anterior, seis fueron contra ciudadanas venezolanas. Ellas contaron a Cuarto Poder sus historias y señalaron a Obregón como el responsable.

    Una víctima contó que en un grupo de Facebook, 'Unidad Venezolana', Obregón se hizo pasar como un sujeto de nombre Gianfranco Sanz y que a través de ese perfil le ofreció un trabajo de niñera.

    "Era para cuidar a dos niños de 4 y 6 años y llevarlos a sus clases de natación. Me iban a pagar 1,700 soles. Yo decido ir porque iba a morir de hambre", dijo la mujer en su testimonio.

    Le inspiraba confianza y al inicio nunca hubo sospecha alguna de que pudiera cometer alguna irregularidad. Él la citó a ella (y a otras víctimas) en un centro comercial de San Miguel y se ganaba su confianza.

    Luego las llevaba a su departamento ubicado en un condominio del distrito de Magdalena para que conociera supuestamente a los niños que iba a cuidar, pero al llegar no había ni menores ni juguetes. 

    Otra víctima cuenta lo que hacía Obregón cuando ya tenía a las mujeres en sus departamentos. "Me amenazó con un cuchillo y me decía que no gritara porque iba a terminar matándome", comentó.

    Una vez que fue capturado por la Policía Nacional, Paolo Obregón negó los cargos y dijo con total desparpajo: "Es que soy guapo, ellas se enamoran de mí".

    El Poder Judicial ha dictado 9 meses de prisión preventiva en su contra pero él sigue diciendo que las cuatro jóvenes venezolanas que lo acusan por violación lo hacen por venganza. Porque no les pagó el dinero que les ofreció a cambio de tener intimidad.

    Una de las cuatro víctimas ya volvió a Venezuela, pero esta vez con un trauma psicológico a cuestas. Las otras tres se mantienen firmes con sus denuncias y esperan que sus testimonios sirvan a otras jóvenes para que estén alertas. Por ahora, el monstruo está tras las rejas.

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