Los últimos días de Pedro Pablo Kuczynski en la presidencia del Perú

"Yo me voy a defender y no renunciaré, no renunciaré", dijo el presidente Pedro Pablo Kuczynski el 9 de marzo en Puno. Se mostró enérgico y firme sin imaginar que días más tarde precisamente un puneño, Moisés Mamani, impulsaría el término de su mandato.

Con una aprobación más baja, el Parlamento más hostil y las revelaciones de Odebrecht se terminó de complicar el escenario para PPK. A esto se sumaron las declaraciones de Jorge Barata ante los fiscales peruanos que lo implicaban.

La caída que precipitó su dimisión se dio durante la última semana. Las horas finales del presidente iniciaron con el pedido de vacancia planteado por todas las bancadas del Congreso menos la oficialista Peruanos por el Kambio.

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"Es la concurrencia de un esfuerzo colectivo que presentamos, no tiene paternidad esta presentación", dijo el congresista de APP, César Villanueva, el encargado de recolectar las firmas. El presidente dijo que iría al Congreso que iría a ofrecer la otra mejilla seguro de lograr los votos para que no lo vaquen.

Sus críticos acusaron que había un plan para comprar votos al peso. El objetivo era evitar la vacancia presidencial a como diera lugar. El presidente respondió a las acusaciones: "Esos son cuentazos", dijo.

Su frágil gobierno que empezó a tambalearse desde el principio lo hizo más con los 'kenjivideos' difundidos por Fuerza Popular en los que se ve a congresistas intentando convencer a Moisés Mamani a que vote contra la vacancia a cambio de votos.

En unos audios, el mismo día de la dimisión de Kuczynski, el 21 de marzo, se escucha al ministro de Transportes, Bruno Giuffra negociando con Mamani una visita a la casa del presidente y hablando sobre la vacancia. Con esto, el breve período del economista en el poder había terminado.