Hoy:

    Tumbes: emergencia agrícola por desborde de ríos

    Las pérdidas agrícolas superan hasta ahora los cinco millones de soles

    Cultivos destruidos por inundaciones en Tumbes. Foto: América Noticias

    Desde el cielo, los agricultores tumbesinos golpeados por la naturaleza se ven diminutos tratando de cruzar con dificultad caudalosos ríos que antes eran solo quebradas.  La desesperación es generalizada. Mojados hasta la cintura, arriesgando la vida, intentan sacar sus cosechas al mercado. Las trochas están colapsadas por el desborde de los ríos y los campesinos de las partes altas de Tumbes están aislados. 

    El banano orgánico y convencional, el limón, el cacao y el arroz que tanto les costó sembrar se están pudriendo por camionadas y ese es el golpe más duro que el Niño Costero le ha dado al hombre del campo. La zona agrícola tumbesina está arrasada. Gracias a la Fuerza Aérea, que detuvo el helicóptero aún en marcha, Cuarto Poder pudo bajar a tierra y así abrir los micrófonos para traer el grito de ayuda del agricultor que, sin duda, vive uno de los momentos más dramáticos de su historia. 

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    Los desbordes del río Tumbes y el río Zarumilla, dos afluentes que surcan la región del extremo norte del Perú, han arruinado por completo 1,200 hectáreas de cultivo. Las pérdidas agrícolas solo en Tumbes superan hasta ahora los cinco millones de soles. Por la lejanía y el desastre en las carreteras, y en la medida de lo posible, el Ejército es por ahora uno de los nexos de ayuda que tienen para poner a buen recaudo los frutos del campo lejos del agua.

    En el Valle de Zarumilla, en las zonas de Papayal y El Huaco, hay desolación. El banano convencional y el orgánico se pudren sin remedio. El campesino vendía el millar de plátano entre 70 y 120 soles, pero ahora su producto simplemente es rechazado. 

    El año pasado, entre octubre y diciembre, Tumbes sufrió el fenómeno de la sequía. Y, de pronto, este año, el Niño Costero apareció de manera inesperada. En el Valle de Zarumilla, con ayuda del Proyecto Puyango-Tumbes, se levantó en zonas críticas una defensa ribereña con tierra y piedras que soportó tres crecidas del Zarumilla hasta que colapsó. 

    El afluente que divide al Perú con el Ecuador también marca una envidiable diferencia en temas de prevención. Desde la orilla del Perú se puede ver cómo Ecuador sí se preparó para los embates del río Zarumilla. El país vecino levantó una especie de muralla de piedra y malla, un enrocado, con bases sólidas en 15 kilómetros de zona vulnerable para evitar que las aguas del río de frontera azotaran sus cultivos

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    Desde el borde peruano, el campesino no solo ve cómo Ecuador no sufre por las inundaciones del río Zarumilla, sino también tiene que soportar el impacto de las aguas que, al chocar con la muralla del país vecino, regresan con fuerza hacia los cultivos del Perú e inundan aún más el blanco fácil. 

    En 1998, con el Fenómeno del Niño, los ríos Tumbes y Zarumilla alcanzaron un caudal de 3,500 metros cúbicos por segundo. Ahora, 19 años después, ambos afluentes han registrado su segundo caudal histórico.

    Hablemos de cómo estaba el sector agrícola de esta parte del país antes del azote del Niño Costero. El gobierno regional de Tumbes destina solo el 0.02% de su presupuesto para el agro. La Dirección Regional de Agricultura cuenta con un millón de soles al año, de los cuales el 75% va al pago de planillas. 

    El 25% restante se divide para adquirir combustible y otras necesidades y hacer labores de apoyo al campesinado.

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    En Tumbes se ha identificado 65 puntos de emergencia agrícola y, como era de esperarse, poco o nada se pudo hacer en tareas de prevención. Funcionarios del gobierno regional se quejan por no tener apoyo económico directo del Ministerio de Agricultura. 

    La corrupción también hunde a Tumbes en el fango. Funcionarios que hoy enfrentan procesos penales dejaron a la zona agrícola de esta región totalmente desprotegida. 
    El río Tumbes no tuvo piedad con los cultivos de arroz. En esta época del año estaban en una fase en la que no necesitaban de agua. El arroz de Huaquillas, Bebedero, Puerto Rico, Estrada y otras zonas bajas está lleno de sedimentos, totalmente muerto. 

    Por ahora, el Estado apoya al agricultor con sacos de arena para evitar el ingreso del agua a las chacras, con la limpieza de drenes y el control de caudales. El gobierno también destinará inversión post Niño Costero a esta zona del país.

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    El Ministerio de Agricultura anunció un bono de 1000 soles para los agricultores afectados, pero ellos están más preocupados por sus créditos bancarios. Es por eso que piden asistencia para poder salir adelante, pues con todo el capital perdido por el azote de la naturaleza están prácticamente en la ruina. 

    Tumbes saldrá a flote, el campesino lo hará con sus manos de trabajo incansable. Nadie merece repetir la misma historia de golpe y desolación. Tumbes tiene derecho a escribir por fin un antes y después. Todo dependerá de la voz fiscalizadora de su gente.