Torrado: La popularidad no cambia por APEC ni la pena de muerte
La gerenta general de Datum dijo que la ciudadanía espera que el gobierno, en lugar de hacer cambios cosméticos, realice transformaciones profundas y radicales que puedan revertir la situación actual
Urpi Torrado, gerenta general de Datum, brindó un panorama sobre la situación de la presidenta Dina Boluarte y su gabinete.
En diálogo con Canal N, mencionó que, a pesar de los intentos de generar cambios de ministros o propuestas como la pena de muerte, la popularidad de la mandataria continúa en negativo.
Misma situación la tienen los ministros de Estado debido a una serie de factores, entre ellos la falta de eficacia percibida en la gestión, la sensación de descoordinación y la frustración generalizada por la falta de avances en los temas más sensibles para la población, como la seguridad y la reactivación económica.
Precisó que los titulares de las diferentes carteras en el gobierno alcanzan índices cercanos a un dígito, lo que refleja una falta de confianza en la capacidad de los funcionarios para resolver los problemas en el país.
Torrado resaltó que la población considera que los cambios en el gabinete son superficiales, sin una transformación real en la dirección del gobierno.
Factores que propician la baja popularidad
El tema de la reforma educativa y las declaraciones controvertidas del ministro de educación también contribuyen a la sensación de descoordinación en el gobierno.
Cuando los mensajes de diferentes miembros del gabinete no se alinean, como sucedió con el ministro de educación que contradijo la presidenta, la percepción de falta de unidad y visión compartida se agrava.
Otro factor que juega en contra de la presidenta es el impacto económico. Mientras la situación financiera de muchas familias empeora, con salarios estancados o disminuidos en comparación con hace años, las decisiones presupuestarias que implican aumentos en los ingresos de algunos sectores del gobierno, como el Congreso, son vistas con rechazo.
La población percibe que los políticos, en lugar de abordar sus problemas cotidianos, se benefician a costa de los recursos públicos. Esto afecta tanto a la popularidad del Congreso, que ya tiene una baja percepción, como a la de la presidenta.
Finalmente, la ciudadanía espera que el gobierno, en lugar de hacer cambios cosméticos, realice transformaciones profundas y radicales que puedan revertir la situación actual.