Llegaron al Perú para instaurar su cepa criminal. Sin levantar polvo, caminan por nuestras calles. Quieren su tajada en el cobro de cupos, trata de personas y narcotráfico. El Tren de Aragua los mantiene a raya en nuestro pais, pero empiezan a enviar a sus soldados más fanáticos y sanguinarios. Se hacen llamar Los Tiguerones, una de las mafias más temidas del Ecuador.
Son reconocidos a nivel mundial por la clase de felino que casi nadie puede mirar de frente. Los tienen tatuados en sus cuerpos y rugen cada vez que descargan el plomo de sus balas. Desde la cárcel de Esmeraldas controlan su imperio criminal. Matan a quienes pretendan traicionarlos. Desde allí manejan el flujo del dinero y las armas.
No dudan en amenazar autoridades, se creen dueños de lo que tocan, pero sobre todo de las vidas de miles de inocentes. Elaboran ataques coordinados desde lanchas a sus objetivos, pescadores que se lanzan al agua en un acto desesperado. Ningún escondite es seguro con tal de rematarlos. Estallan granadas en las principales avenidas y dejan balones de gas en señal de advertencia en carreteras que no han vuelto a ser seguras.
Sus doctrinas son las más devotas y es la música la que lleva a muchos de ellos a enaltecer sus planes delictivos. Llegan en masa a los principales mercados y piden que los comerciantes se vacunen, término del pago de cupos por dejarlos trabajar.
Desde el 2019, sus ataques en Ecuador se intensificaron por alianzas con carteles mexicanos que financian su negocio criminal. A los de mayor rango se les denomina luceros, es el apodo que reciben los que cargan con cadenas de oro, relojes ostentosos y un séquito que solo los endiosa.
Incluso, si caen en una balacera propia de su entorno, propia de sus creencias. En febrero de 2022 en el jirón Zepita. Hubo dos muertes por encargo que conmocionaron el Centro de Lima. Dos mujeres ecuatorianas fueron cruelmente asesinadas por miembros del Tren de Aragua. Aunque muchos tenían la idea de que se trataba de trabajadoras sexuales que no pagaban sus cupos.
Fue una guerra declarada por la plaza que tenían Los Tiguerones, que traen mujeres desde el ecuador para prostituirlas. Cuando la división de homicidios empieza a escarbar en las redes de este crimen. Ponen su mira en el cabeciila de Los Tiguerones en el Perú.
Su nombre Armando Dario Guevara Mejia, un prontuario cabecilla que no le teme al mismísimo Tren de Aragua. Su sicario graba una de sus guaridas donde se le ve al criminal dando indicaciones de sus próximos movimientos. Alquila vehículos, siempre rodeado de sus hombres, incluso un menor de edad.
Armando Guevara no fue hallado en esa caleta de Los Olivos, pero capturaron a su lugarteniente, Williams Pibaque Quiñonez. Sorprendido con sus muletas, aún recuerda su herida de guerra contra los gallegos mientras inhala el humo de la marihuana.
Lo que encontraron fue una refrigeradora llena de kilos de marihuana con la foto de la familia que dejó en Ecuador. Su sonrisa detona la frialdad a la que está acostumbrado entre tanta muerte y dolor.
Uno a uno fueron cayendo sus hombres más acérrimos, todos con los tatuajes que marca su procedencia. Los Tiguerones tienen las frases más escalofriantes: Dios, paz y libertad. Pero por encima de una "W" que evoca a su máximo líder, William Jofre Alcivar Bautista, el comandante Willy.
Cuando se pensaba que el país se había deshecho de estas mentes criminales, un atisbo de alerta previno a los agentes de Interpol. Un ciudadano ecuatoriano junto con un guardaespaldas personal caminaban por las inmediaciones del Jockey Plaza. Compraban teléfonos de alta gama y vestían las marcas más exclusivas.
Las unidades de la Interpol pusieron en marcha operativos de vigilancia en el cono norte, hasta dar con el inmueble presto a resguardar al nuevo líder de Los Tiguerones en el Perú. Campante y sin preocupaciones estaba en Los Olivos, el dinero manchado de sangre le dispuso pagar por la suma de mil dólares su inscripción en Reniec identificado como Jayko Plasencia Tandaypan, que de trujillano no tenía nada. Pero fue intervenido evitando un circuito criminal.
También cayó Jonathan Israel Torres Zamora acusado de varios delitos en Ecuador, pero sobre todo la muerte de un administrador de discoteca en marzo del 2021. Un peligroso miembro de Los Tiguerones que vino a ubicar a mujeres extranjeras y retomar las plazas. Vestido siempre con opulencia y con los tragos más caros.
Sus tatuajes lo vinculan, le dan peso en su organización. Acompañado siempre de mujeres bellas. Lo protegen mientras le dan libertad de estudiar sus plazas. Los Tiguerones han tomado Lima norte. Independencia, Los Olivos y San Martín de Porres. La organización amasa fortunas de 100 millones de dólares de sus principales intereses como la trata de personas, explotación sexual y la microcomercializacion de drogas.