Santiváñez: La salida del escudero presidencial
Fuentes palaciegas aseguran que el censurado Juan José Santiváñez será nombrado en un cargo cerca al Despacho Presidencial
En sus últimas horas como ministro del Interior, Juan José Santiváñez se sentía confiado, quizás demasiado. Llegó al Congreso en absoluto silencio y en medio de rumores de una cuestión de confianza.
Mientras Santiváñez esperaba en la Sala de Embajadores para exponer por última vez ante el Pleno como ministro de Estado, en los Pasos Perdidos un grupo de ronderos de Pataz exigía su destitución.
El conteo de votos no empezó aquella mañana. Desde inicios de semana en el Congreso, una maquinaria de asesores de la alta dirección de la Presidencia del Consejo de Ministros y del propio Ministerio del Interior hacía su mayor esfuerzo para evitar la caída del ministro protegido de la investigada presidente Boluarte.
Hasta el último minuto, su equipo de coordinadores parlamentarios hacia las sumas y restas de posturas de votos, con la esperanza de salvarlo. Su asesor, Carlos Camacho, se dejaba ver por los Pasos Perdidos, entrando y saliendo del hemiciclo, hablando con congresistas para que cambien su voto.
Mientras en el Congreso negociaban la permanencia del ministro Santiváñez, en Palacio de Gobierno, a puerta cerrada, la mandataria también hacía su lobby. En la víspera de la censura a Santiváñez, el lunes 17 de marzo, Boluarte estuvo reunida con el congresista apepista Alejandro Soto, por casi dos horas.
Según el portal de transparencia, la reunión empezó a las 10:55 de la mañana y culminó a las 12:25 del mediodía. Según el registro, al despacho de la presidente Boluarte ingresó también el director de la Dini, el coronel Max Anhuamán, quien registró su visita a las 12:08 del mediodía y salió a la 1 de la tarde. Tres días después, el jueves 20 de marzo, el director de la Dini regresó al Despacho Presidencial.
El futuro político del ministro del Interior dependía de 13 bancadas políticas, la balanza, sin embargo, la inclinarían Fuerza Popular, Alianza para el Progreso y Perú Libre. Es decir, su permanencia en el cargo estaba en manos de Keiko Fujimori, César Acuña y el prófugo Vladimir Cerrón.
A la hora de la censura, el premier Adrianzén, exsocio de Santiváñez, estaba en Torre Tagle, como encargado de la Cancillería, firmando un convenio con la directora general de organización internacional para las migraciones, pero el premier tenía la cabeza en otro lado: en el Congreso.
Fuentes de Cuarto Poder aseguran, que el apoyo de Palacio a Santiváñez se fue disolviendo por la presión de la marcha de artistas y civiles contra la inseguridad ciudadana, tras la muerte del cantante Paul Flores, organizada para el viernes, coincidentemente el mismo día de la votación.
Por recomendación de los ministros Eduardo Arana y Morgan Quero, la presidente Boluarte habría entendido, finalmente, que era momento de soltarle la mano a su protegido Santiváñez. de lo contrario, su capricho por mantener a su lado a un ministro cuestionado podría costarle muy caro: una moción de vacancia presidencial por incapacidad en el cargo.
Dada la situación de emergencia y crisis que vive el país, la presidente pudo haber nombrado un reemplazo de inmediato. Tiene hasta mañana, lunes 24 de marzo, para hacerlo. Fuentes palaciegas aseguran que Santiváñez no se irá del gobierno, será nombrado en un cargo que lo mantenga cerca al Despacho Presidencial.
Aún se barajan varios nombres para tomar el lugar del exministro censurado. Dina Boluarte necesita un perfil similar al de su antecesor, un ministro dispuesto al todo vale, por lo que no sorprendería que el mismo Santiváñez sea quien elija, como premio consuelo, a su reemplazo.