En la punta del cerro
Una zona pobre de Jicamarca clama por ayuda en medio de una pandemia que los golpea
La comunidad de Jicamarca, ubicada en el distrito de Lurigancho, clama por ayuda. Ellos deben enfrentar diariamente la precaria situación económica debido a la pandemia y lidiar con carencias de agua, desagüe, electricidad, entre otras necesidades básicas.
A este lugar tampoco llega la señal de internet, por esta razón los niños no pueden realizar sus labores escolares ni continuar con el aprendizaje.
Los niños de Villa Sol Naciente y de Villa Jicamarca llegan a una construcción precaria en la que intentan conectarse a la red porque es el único lugar en el que hay señal como para recibir las clases.
La estructura de calamina y pedazos de madera reciclada está ubicada en medio de un desierto apenas cubiertos por tierra y piedras.
Según un informe de la Unesco, el 90 % de niños, niñas y adolescentes del mundo en edad escolar han visto interrumpida su educación producto de la pandemia, y esta pérdida es irreparable.
Más de 200 familias y sus niños viven bastante lejos de las pugnas entre el Gobierno y el Congreso, y más lejos de la Ley de Presupuesto 2022, cuyos ejes principales según el Ejecutivo serán educación y salud. Por ahora, no hay reflejo de que el Estado llegue a esta zona.