De promesas del fútbol a aprendices de sicarios en el Callao
Agentes de la PNP capturaron a dos hermanos que fueron grabados utilizando armamento de guerra y que habrían sido entrenados para cometer crímenes por encargo en el primer puerto
La policía del Callao capturó a dos jóvenes cuya familia desde pequeños le inculcó el deporte gracias a un talento innato para el fútbol, pero que las malas juntas lo llevaron por el camino de la violencia.
Hoy, ambos son, según la policía, aprendices de sicarios, ya que aparecen en videos manipulando armas de fuego y recibiendo indicaciones de cómo usarlas en descampados utilizados como zonas de tiro por las organizaciones criminales del primer puerto.
Ahí reciben clases maestras acerca de la manera de manipular armas reales que luego se usarían para el sicariato, disparando por turnos y siguiendo las indicaciones de quien sería un sicario experimentado.
Incluso uno de estos aprendices de sicario, aún sin DNI azul, manipula una mini Uzi, un arma automática letal que apunta hacia el mar, aún sin la experiencia de un asesino a sueldo, pero enrumbándose a convertirse en uno de ellos.7
Así practican los que serían los nuevos sicarios del Callao antes de realizar su primer asesinato por encargo. Estos videos fueron obtenidos de las redes sociales de dos hermanos que presuntamente venían siendo entrenados por delincuentes experimentados de su barrio del asentamiento humano Tiwinza.
Pero la efectividad del Grupo Terna del Callao resaltó una vez más, atrapándolos antes de que se perfeccionen como sicarios. Se trata de dos hermanos que serían miembros de la banda delincuencial Los Chalaquitos. Ellos fueron identificados como Dilan Joshua Huaraca Perea de 18 años alias Chiquito y su hermano menor de 17 años alias Gallo.
En las noches, estos hermanos junto a otros miembros de su pandilla, practican con armas de fuego y en el día, según la policía del Callao, venderían droga al menudeo, ya que, en la fecha de su intervención, se les encontró tres paquetes de medio kilo cada uno, conteniendo marihuana, además de otra pistola.
Pero antes de que las malas juntas contaminen la inocencia de estos hermanos, pudimos comprobar que eran dos grandes promesas del fútbol peruano. En fotografías, desde pequeños, se mostraban sonrientes al lado del balón, posando con uniformes deportivos, incluso con copas y premios ganados gracias a su habilidad en las canchas.
Incluso su madre, Mayra Perea Alcalde, aparece con ellos, siempre acompañándolos en sus encuentros deportivos. Al parecer, esta mujer, siempre veló por el futuro de sus niños, inculcándoles las virtudes del deporte y el trabajo en equipo.
Dilan Huaraca Perea, asegura jugar en una liga distrital chalaca de la Copa Perú, en el equipo de Los Jotitas y su hermano menor, es integrante del Club Deportivo Universidad Nacional Mayor De San Marcos. En esta autorización notarial firmada por su madre, ella autoriza a que su hijo menor de edad, retome nuevamente el futbol con este club.
Historias como estas ya se habían visto antes en el Callao. El caso Pato Arce, fue uno de los más sonados y controversiales. Patricio Salvatore Arce Cambana pasó de brillar en las canchas de primera división del fútbol peruano, a ser detenido por la policía del Callao recibiendo nueve meses de prisión preventiva por los delitos de homicidio calificado y participación en banda criminal.
El Pato Arce en 2011 antes de convertirse en futbolista profesional y de jugar en las filas del Sport Boys, ya había sido detenido acusado de participar en un intento de homicidio.
En 2021, cuando pertenecía al Club Carlos Manuchi, fue baleado en un confuso tiroteo muy cerca al puerto chalaco. En 2022, ya dentro del penal Sarita Colonia, su celda fue allanada por los agentes de la Región Policial Callao, demostrándose que el Pato Arce, desde prisión, habría estado dirigiendo una peligrosa organización criminal de extorsionadores que tenían como víctimas a choferes de taxis colectivos.
La policía del Callao viene desbaratando los planes de los peligrosos cabecillas que continúan intentando captar menores deportistas para realizar sus fechorías.