Hoy:

    Policía Nacional: Comisarías en mal estado y patrulleros inoperativos dificultan su labor contra la delincuencia

    Las graves deficiencias en infraestructura, personal y equipos han obligado al comandante general de la PNP declarar en emergencia el parque automotor de su institución

    Video: Cuarto Poder

    Miguel Ángel Espinoza Rojas siente que tiene un deber, una responsabilidad que pesa sobre sus hombros y que no puede, ni quiere eludir.

    No lo dejaron ser militar y tuvo que obedecer, después de todo vive con su hermana mayor que le ha dado un cuarto en lo alto de este asentamiento humano en Carabayllo. Pero la familia no pudo con los ideales del joven. Miguel Ángel ha decidido que otra manera de ayudar a ese país que lo vio nacer en una provincia lejana de Huánuco hace 18 años, es afrontar los problemas en la calle y convertirse en policía. Sin conocer, del todo, la violencia que lo espera en la ciudad.

    En el caso de la policía, esos malos gobiernos a los que hace referencia Miguel Ángel han dejado pruebas de su ineficiencia en la puerta de cada comisaría. Esos mismos lugares donde esa mezcla de valor y buenas intenciones de miles de jóvenes que se preparan para ser policías se convierte en rabia, impotencia, o peor aún, complicidad, cuando un portazo llamado realidad golpea sus narices.

    La dura verdad es que la policía no está bien equipada y que hacen falta 40 mil policías para afrontar la inseguridad que vivimos. Esta semana su propio jefe, el comandante general Jorge Angulo, aceptó esa penosa realidad.

    El pedido del general Angulo fue declarar en emergencia el parque automotor de la policía. Ante esa declaración pedimos información detallada a la institución, pero no fue entregada. Una posible razón de la negativa es que la mejor imagen que gráfica la situación en qué están los patrulleros de la policía es esta: un cementerio de autos y camionetas que en algún momento estuvieron patrullando las calles y que hoy se convierten en chatarra, almacenada en este local de la policía en Lurín.

    Son cientos de patrulleros que fueron, en su momento, parte de la compra más importante que la policía ha realizado en los últimos años. Ahí están, por ejemplo, los famosos patrulleros inteligentes marca Hyundai, modelo Santa Fe que llegaron en el 2013 en medio de espectaculares presentaciones. 

    En este video del 2013 se ve al entonces ministro del interior de Ollanta Humala, presentando, por todo lo alto, los 800 patrulleros, fabricados ese año, que se compraron a través de un contrato con modalidad Gobierno a Gobierno, con Corea del Sur. El monto total del gasto fue de casi 29 millones de dólares.

    Tenían el parabrisas delantero y las puertas laterales blindadas, un sistema de geolocalización que permitía estar interconectados con otras unidades. Además, en 80 camionetas se instalaron un lector de huellas digitales para las intervenciones durante el patrullaje      .

    La actual realidad de esos patrulleros es que los pocos que aún están operativos se encuentran en muy mal estado circulando por las violentas calles de Lima en busca de delincuentes. Son esos autos los que los aspirantes a oficiales y suboficiales manejarán en caso logren pasar los exámenes y se conviertan en policías. 

    Muchos aún no tienen respuestas, pero sí mucha motivación y sobre todo rabia, esa bronca que les da haber sido víctimas de esos delincuentes que ahora quieren atrapar.

    Y es que en el barrio no todos los jóvenes caminan precisamente por el camino correcto, así como ocurrió con otra gran compra de patrulleros, vehículos que ahora están casi todos inservibles.

    Dos años después de esa declaración, en el 2018, la Contraloría de la República encontró responsabilidad penal en 11 funcionarios que participaron en otra compra importante de patrulleros que empezó en el 2015. Otra vez con la modalidad de compra llamada de Gobierno a Gobierno con Corea del sur, se compraron 2 mil 158 camionetas inteligentes que costaron 82 millones de dólares.

    Fue una compra importante presentada por todo lo alto. El Gobierno invitó a la prensa para que registre la llegada de las camionetas marca Ssangyong, modelo Rexton. La imagen fue, otra vez, espectacular. Los patrulleros tenían un sistema para colocar una computadora tipo Tablet en su interior con acceso a la base datos policiales, traía incorporado un lector de huellas dactilar, lunas y puertas blindadas, además de tres cámaras incorporadas. En la ceremonia estuvo presente el actual ministro del interior Vicente Romero, en ese entonces director de la Policía, que acompañó al entonces ministro del Interior en la esperanzadora presentación.

    La gran mayoría de estos autos hoy están afuera de muchas comisarías del país, como en esta de Los Olivos. Símbolos perfectos del estado en que se encuentra la policía para hacerle frente a la delincuencia. Estos patrulleros están en esas condiciones por diferentes razones, algunos pocos han cumplido su ciclo de uso, otros se malograron pronto por un mal manejo del propio personal y la gran mayoría se convirtieron en chatarra porque nunca hubo un adecuado plan para darles mantenimiento, como lo explica el abogado y exministro del interior, Rubén Vargas. 

    Pedimos información detallada a la policía sobre el estado de los patrulleros y no tuvimos respuesta la data que usamos para este reportaje fue recogida en septiembre del 2002 por el portal Convoca. En ese momento la policía respondió que de los 6.009 patrulleros en todo el país, 2.280 están inoperativos.

    Otro informe, del Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior, muestra que las camionetas operativas en las comisarías son solo el 42% a nivel nacional. El porcentaje restante tiene graves problemas en su funcionamiento que se puede ver en las calles.

    Pero esa realidad aún no la conoce el buen Miguel Ángel que ha llegado, junto con Jaqui, su hermana mayor, a una academia para pedir informes. Deberá pagar 300 soles al mes, durante un año, para ir mejor preparado a los exámenes de ingreso a la escuela de policía.

    Lo paradójico es que esos requisitos que el Estado pide son precisamente las obligaciones que no cumple con sus jóvenes. Miguel Ángel acabó el colegio por zoom debido a la pandemia y desde los quince años trabajó como ayudante de cocina en cevicherías para ayudar a su familia. A pesar de todo lo malo, tiene un incondicional amor por el Perú que su familia sembró en él.

    Si Miguel Ángel es policía recibirá junto a los otros miles de jóvenes que, año a año, postulan a la institución, una organización que aún no puede resolver algo tan básico como su sistema de patrullaje. La actual fórmula que la policía usa en las comisarías de Lima y Callao es alquilar carros, a través de un sistema llamado renting. La policía ha alquilado cerca de mil autos para el patrullaje por la suma de 32 millones de soles. Uno de esos carros alquilados y que más se ve en la calle son de marca Nissan, modelo Versa. El problema es que solo se les ha puesto una radio para comunicarse, una circulina, un logo de la policía y los han mandado a patrullar las calles.

    La policía no ha querido informar si existen otros contratos a nivel Nacional y no se sabe por qué solo Lima hace este tipo de contratos y no se hace a nivel nacional, ante la emergencia admitida por los altos mandos de la policía.

    Ese criterio amplio también debería aplicarse a otros problemas que los futuros policías enfrentarán: Las comisarías. Según este informe del Ministerio de Interior, que analiza las brechas de la infraestructura de la policía, hay cerca de 1 321 comisarías básicas a nivel nacional. De ellas, según el Observatorio de Seguridad Ciudadana solo el 30% tienen una infraestructura adecuada.

    Por supuesto las comisarías más afectadas son las de provincia. Como está en las alturas de Huancavelica. Donde los oficiales y suboficiales tienen que ingeniárselas para no sentir el frío que traspasa las viejas paredes de su dependencia policías. La misma vieja comisaría donde esperan con ansias la hora del rancho entre sillas y mesas viejas.

    O esta otra comisaría ubicada en el lejano distrito de Breu, en Ucayali cerca de la frontera con Brasil. Donde los baños no tienen agua ni siquiera para una ducha y pasar así los días de sol que puede llegar hasta 33 grados de temperatura. Aquí el internet es muy malo y las condiciones para dormir son estas, colchones viejos que a veces ni se usan debido al intenso calor.

    Pero en Lima también hay casos increíbles, como esta construcción que los mismos vecinos de la Urbanización Santa Rosa en San Juan de Lurigancho hicieron. Es una comisaría que ellos financiaron y que tiene una oficina, dos baños, internet colocado y hasta una celda.

    Se construyó hace tres años y aún no logran que la policía use lo que ellos construyeron con poca técnica, pero con mucha desesperación porque la delincuencia sigue robando y matando a los suyos.

    A pesar de todos esos problemas, y por muy difícil que sea creerlo, hay jóvenes como Miguel Ángel Espinoza Rojas que no esquiva su aspiración de ser policía y afronta la realidad, incluso sin conocerla del todo. Es posible que lo haga con ingenuidad, pero es indudable e indiscutible que también lo hace con valor y amor.