Investigan asesinato de dos escolares en Chimbote
Familiares de las víctimas exigen la captura de los responsables del doble crimen en Áncash. Además, se revelaron imágenes de los presuntos atacantes
El crimen de Anderson Valentino Vásquez Paredes y Andy Ángel Muñoz, dos escolares, se ha convertido en todo un misterio para la policía. Los estudiantes, quienes eran amigos de infancia, fueron apuñalados, por lo que sus familias exigen que se capture a los asesinos, que no tuvieron compasión con dos menores de edad.
Dos misteriosas muertes. Las víctimas eran amigos de infancia y estudiantes adolescentes que estaban empezando a vivir y a quienes, les apagaron la luz de sus ojos de la noche a la mañana. Dos historias entrelazadas que terminaron con un terrible crimen.
Anderson Valentino Vásquez Paredes y Andy Ángel Muñoz Sedan fueron las víctimas de un brutal ataque, ambos escolares, estaban a punto de culminar la secundaria, por lo que, en su entierro, sus amigos del colegio, los despidieron portando polos con sus fotografías. Según su familia, Valentino era un amante de la música urbana, de las rimas y de las improvisaciones, un adolescente que se dejó seducir por el género, conocido como el rap.
Mientras que Andy, quien hace dos meses había cumplido 16 años, era un niño al que le gustaba el fútbol y por lo que sus hermanas señalan, deseaba trabajar y estudiar para así sacar adelante a su familia, esa que hoy, llora, por su repentina partida.
Se dice que sus atacantes, los que se ensañaron con ellos, eran ciudadanos venezolanos y aunque aún se desconoce los motivos de las dos crueles muertes, se sabe que los asesinos los apuñalaron directo a matar.
A la llegada de la policía y de los peritos, se toparon con una escena de horror, el cuerpo de Anderson Valentino, un joven de 17 años, yacía en el suelo, con los brazos abiertos, mientras sus prendas se encontraban a un lado de él. Al revisarlo, se dieron con la sorpresa que en el tórax llevaba las marcas del brutal atentado.
Una cámara de seguridad captó los últimos minutos de vida de este adolescente. A lo lejos se lo ve caminando, tambaleándose de un lado al otro, se sienta e inmediatamente cae. A los segundos, se observa a dos jóvenes, pasar presurosos, se presume, que serían los asesinos.
Hay otro de los pocos registros fílmicos de cuando había acabado la primaria. Era su fiesta de promoción, se ve en el centro de la pista de baile mientras era ovacionado por sus compañeros de escuela. Entre escenas de dolor, velaron los restos de Andy, y es que sus seres queridos, al verlo en un ataúd, no podían creer, que el adolescente risueño, hoy, se encuentre muerto.
Mientras que, frente a su féretro, los primos, vecinos y amigos de Valentino, entre desgarradores gritos, prometieron luchar para que las autoridades den con los culpables de su atroz homicidio. Hoy, la familia del mayor de ellos, vuelve al lugar del asesinato, para rendirle un homenaje. Regresan al sitio del crimen, por primera vez, luego del terrible suceso. Ambos fueron atacados cerca al polideportivo, donde muchas veces se reunían para pasar el tiempo.
Dos familias enlutadas que hoy salen a marchar por la calle, en busca de justicia… Con rostros desencajados y con un inmenso dolor en el corazón, toman fuerzas para exigir que ambas muertes no queden impunes.
Se viene investigando el móvil del crimen, pues según las autoridades, los jovencitos, a su corta edad, contaban con un pasado, que podría haberlos llevado a la muerte. Sin duda, Nada justifica un asesinato y nada les devolverá la vida a estos escolares, que salieron de casa para nunca más volver.