Estado de salud de policía es crítica tras enfrentar asaltantes
El suboficial Pablo Baltazar continúa luchando por su recuperación tras recibir un disparo en el rostro al intentar detener a delincuentes en San Borja. En tanto, se investiga si sufrió el robo de sus pertenecías por parte de sus colegas
Los delincuentes no solo vienen atacando a balazos a hombres y mujeres de a pie, sino también a policías.
Esta semana, el suboficial Pablo Baltazar Sánchez recibió un impacto de bala en la cabeza luego de intentar capturar a delincuentes. De milagro, sigue con vida, pero podría perder la vista del ojo izquierdo.
Pero lo más indignante es que, en su agonía, dos de sus colegas presuntamente le habrían robado su celular y 832 soles aproximadamente.
En una ciudad donde la inseguridad acecha en cada rincón, hay quienes eligen enfrentar el peligro con tal de proteger a los demás.
Un héroe que no tenía capa, pero que día a día vestía con orgullo el uniforme verde de la policía. Siempre dispuesto a combatir el crimen y a defender a quienes más lo necesitan.
Hoy, el suboficial Pablo Baltazar Sánchez es símbolo de sacrificio y valentía. Puso en peligro su propia vida tras enfrentarse a despiadados delincuentes que se habían ensañado con el dinero de una cambista.
Para hablar de este valeroso hombre debemos retroceder siete años atrás. Cuando lleno de sueños y entusiasmo, aquel cadete ucayalino de solo 33 años acababa de graduarse y posaba al lado de su querida madre, su mayor admiración, quien le enseñó el verdadero significado de amar al prójimo.
El 27 de noviembre a las 10:30 de la mañana, se registró una escena que llenó de pánico a más de un vecindario.
La calma de la calle Johannes Vermeer fue interrumpida por dos delincuentes que fingían ser trabajadores. Vestían chalecos de seguridad e incluso uno de ellos llevaba un casco blanco. Pero no era más que una fachada para disimular sus retorcidas intenciones.
Lo tenían todo planeado. Su objetivo era asaltar a una cambista que se encontraba en el cruce de la calle Morelli. Pero cuando la víctima opuso resistencia, dispararon al suelo a fin de intimidarla. Desafiando a un agente de serenazgo de San Borja que se encontraba frente a ellos a bordo de su bicicleta.
La escena fue caótica y, a pesar de la presencia de seguridad, con total descaro los hampones se llevaron 32 mil soles y 100 dólares.
Los cuatro delincuentes se desplazaron en dos motos y por diferentes rutas para despistar a las autoridades.
Fue en ese momento cuando apareció el suboficial Pablo Baltazar, quien, apuntando al aire con su arma de reglamento, intentó detener a dos de los pistoleros, pero a cambio recibió un impacto de bala en la sien, dejándolo gravemente herido.
La ferocidad de estos criminales no tenía límites. Estaban dispuestos a jalar del gatillo a todo aquel que se interponga en su camino. Uno de los proyectiles fue directo a la cabeza de un sereno, quien por fortuna llevaba el casco puesto.
En su última jugada para confundir a los agentes: arrojaron sus chalecos de seguridad. Pero segundos después, quien habría disparado a Pablo Baltazar fue abatido.
Su cómplice, Yefferson Moisés Luquez Toledo, fue detenido a pocos metros de él. Mientras que a siete cuadras, en la calle Rubens, capturaron a Junior Alexander Romero Quero dentro de una casa.
Mientras que el valeroso policía se debatía entre la vida y la muerte, otro hurto se estaba cometiendo, pero esta vez no a manos de delincuentes, sino de policías.
Dos suboficiales de la comisaría de Chacarilla, identificados como Hover Huamaní Tardeo y Christopher Mena Murrieta, acabaron detenidos por presuntamente haberse quedado con el celular y 830 soles que portaba el suboficial Baltazar.
Según esta nota informativa policial, ambos hombres habrían sido quienes trasladaron a su colega herido hasta la clínica Vesalio. Cuando uno de los familiares de la víctima pidió la entrega de sus pertenencias, estas estaban incompletas.
Según el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, de confirmar su responsabilidad en estos hechos, serán retirados de la institución policial de forma inmediata.
El estado de Pablo Baltazar es crítico; el ojo izquierdo es el más comprometido y podría perder la vista. Hoy Pablo cumple un año más de vida, pero por culpa de la delincuencia la pasará postrado en una camilla.
Su único deseo es recuperarse y ver crecer a su pequeñita, por quien pregunta cada vez que recupera la conciencia.
La Corte Superior de Justicia de Lima dictó detención preliminar por siete días contra los presuntos autores de tentativa de homicidio.
Los colegas y familiares de Pablo Baltazar no solo esperan noticias sobre su recuperación, sino también que los responsables paguen por sus despiadados actos.