Enfermedades de Alberto Fujimori
En sus 16 años de encierro, el ex presidente fue sometido a constantes chequeos médicos incluso a una operación al corazón. Estas son las enfermedades que aquejan al exmandatario
Horas antes de su primer indulto el 24 de diciembre del 2017, Alberto Fujimori sufrió una taquicardia y fue trasladado a la clínica Centenario en el distrito de Pueblo Libre. Pero nueve meses después, cuando la justicia declaró inaplicable su indulto, desde una cama en la misma clínica, Fujimori pedía al gobierno que no lo maten, “no me condenen a muerte, ya no doy más”.
Las enfermedades que aquejan al expresidente
Desde el cáncer a la lengua que lo obligó a visitar constantemente a los médicos desde el año 2010 hasta su última operación al corazón realizada en el 2021. El propio Fujimori agradeció por la preocupación de sus simpatizantes cuando salió airoso de la primera enfermedad que más lo atormentaba: una leucoplasia que desapareció tras seis intervenciones quirúrgicas.
Pero con el tiempo, Fujimori empezó a sumar problemas gástricos, de hipertensión, vasculares, dolencias y quistes en el páncreas. Además de depresión por causa de la reclusión.
Y es que las idas y venidas en la lucha por su liberación le pasaron factura. Desde el primer indulto presentado por sus cuatro hijos durante el gobierno de Ollanta Humala en 2013. Hasta el otorgado por PPK que le costó la vida política a Kenji Fujimori.
En el 2014 tuvo un leve infarto cerebral que le causó dificultades de movimiento en el brazo izquierdo siendo atendido en la clínica La Luz. Un año después una isquemia cerebral lo llevó a abandonar frecuentemente la Diroes para ser examinado por los médicos. En medio de esas movidas también fue operado del ojo.
En el 2016 sufrió una gastritis hemorrágica y pasó por una resonancia magnética pues unos de los quistes en el páncreas creció más de lo normal. En el 2021, por una obstrucción en las arterias fue sometido a un cateterismo en el corazón.
Pasó cien días internado hasta que, en enero del 2019, Fujimori retornó a prisión. Cinco años después, el gobierno de Dina Boluarte le dio luz verde a su libertad tras la sentencia del Tribunal Constitucional.
