Empleada del hogar usada como testaferro por su exempleador recibe amenazas

La libertad de Digna Atao Navío, la mujer que trabajaba como empleada del hogar y que tras cederle su nombre y su firma a su ex empleador, terminó con una millonaria deuda, pende de un hilo.

Tiene en los tribunales hasta 10 procesos legales abiertos, ella ha declarado ante el Ministerio Público que cometió un error que hoy le puede costar la cárcel: le dio a César Nepo Zolla su nombre y su firma para que él, según las investigaciones, a través de un amplio poder, formara empresas e hiciera todo tipo de movimientos financieros.

Digna se convirtió así en un testaferro, aunque César Nepo Zolla lo niega hasta perder incluso todo límite de respeto y caballerosidad. El grave problema es que a nombre de esta mujer, que trabaja como empleada del hogar, se hicieron negocios nada claros y, entonces, fue denunciada ante el Ministerio Público por  lavado de activos, libramiento y cobro indebido por girar cheques sin fondos y por estafa agravada.

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Digna acudió por primera vez a rendir su manifestación sobre un caso que la tiene al borde de la desesperación: le reclaman el pago de medio millón de soles, 180 mil dólares, por cheques que ella supuestamente giró como empresaria solvente. Los pagarés no tenían fondos y, aunque las víctimas reconocen que hicieron tratos comerciales con César Nepo Zolla y no con ella directamente, Digna también fue denunciada por estafa y falsedad genérica.

César Nepo Zolla y su esposa Deny Carola Palomino Escalante manejaban, cada uno, una tarjeta de crédito adicional del Banco de Crédito del Perú (BCP) que estaba nada menos que a nombre de la titular: Digna Atao Navío, quien en papeles registrales dueña de la empresa Soluciones Dinetech.

Como lo detallan los registros migratorios, César Nepo Zolla y su esposa, Deny Carola Palomino Escalante, y otros miembros de su familia, se fueron de vacaciones a Europa por casi 15 días en mayo del 2016. Según registros de deuda del BCP, César Nepo Zolla se entregó a los placeres de la vida con la tarjeta de crédito que estaba a nombre de Digna Atao Navío.

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Sin duda los esposos Nepo Palomino y familia tuvieron unas vacaciones de ensueño por Europa. La única que hasta ahora vive la pesadilla de un viaje ajeno es Digna, pues, por ser titular de las tarjetas de crédito, el BCP le reclama por esos gastos y más que se dejaron de pagar completamente desde el 2016.

Según el reporte de deuda de la Superintendencia de Banca y Seguros, Digna le debe al sistema financiero un millón de soles y, sólo al BCP, le adeuda casi 900 mil soles. ¿Cómo podría pagar si ella gana apenas 1200 soles como empleada del hogar?

Digna Atao Navío vive humildemente en los cerros de Collique, pero en documentos registrales ella es dueña de un departamento de este edificio ubicado en la exclusiva urbanización Cerros de Camacho, en Surco, que está habitado nada menos que por César Nepo Zolla y su familia.

Lo indignante es que la junta de propietarios del inmueble también le está cobrando a Digna por el atraso en las cuotas de mantenimiento cuando ella ni siquiera vive allí.

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VISA A ESTADOS UNIDOS  Y CANADÁ

Hay un tema que es necesario mencionar, porque es el punto de ataque de César Nepo Zolla, quien niega que Digna haya sido su empleada del hogar. Ella tuvo acceso a una visa para Estados Unidos y para Canadá a donde su hijo se fue a residir. Y lo obtuvo gracias a los documentos que la consignaban como dueña de dos empresas solventes.

Digna dice que hizo los trámites de buena fe, avalada por César Nepo Zolla, quien hasta le compró los pasajes para que ella pudiera ir a Canadá al matrimonio de su hijo.

Ahora, la visa es el arma de ataque contra Digna a tal punto que, según ha declarado ante la Fiscalía, Nepo Zolla la habría amenazado de ir a la Embajada de Canadá y presentar los procesos judiciales que pesan en su contra y así perjudicar a su familia como se leen en estos mensajes de texto.

El Ministerio Público investiga por lavado de activos a César Nepo Zolla y a sus familiares más cercanos desde hace ocho años y aún no ha llegado a ningún puerto. Mientras tanto, Digna sigue trabajando como empleada doméstica para juntar dinero y, así, poder defenderse ante los tribunales en una balanza de justicia, a todas luces, desigual.