El contrato millonario en medio de extinción de Legado
La transferencia de recursos de Legado al cuestionado IPD tendría como trasfondo un millonario contrato que aún no define postor
El Proyecto Especial Legado desaparece y sus millonarios recursos pasan al IPD, una entidad que ha sido el epicentro de jugosos contratos para el entorno del hermano presidencial, Nicanor Boluarte.
¿Se trata de una eficiente reestructuración o del reparto de millones de soles en juego?
Las decisiones se han tomado y las piezas se han movido en un momento clave. El heredero de esta jugosa licitación será el Instituto Peruano del Deporte, institución que fuera tomada por ‘Los waykis en la sombra’ del hermano presidencial…
La decisión del ejecutivo es que el IPD maneje todos los recursos, la infraestructura y los 139 millones de soles de presupuesto del extinto Proyecto Especial Legado.
La licitación millonaria para el mantenimiento de seis sedes del Proyecto Especial Legado, un servicio esencial para que estos gigantes deportivos sigan en pie, se puso en marcha meses atrás. Todo, sin embargo, se vino abajo cuando OSCE detectó omisión de información en las bases del concurso.
Fuentes en la interna de Legado señalaron que, en respuesta a esta decisión, se planteó a la PCM, entidad a la que pertenecían, hacer el contrato a través del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo. El PNUD, como se le conoce, así se garantizaría independencia y se evitaría actos de corrupción. La decisión y aprobación de la PCM, sin embargo, nunca llegó. El gobierno no aceptó la propuesta. Fue entonces que empezaron las movidas
El 27 de noviembre pasado, el premier Gustavo Adrianzén, cambió al presidente de Legado y designó a Luis Alfonso Zuazo Mantilla, como director ejecutivo del Proyecto. Según estos documentos a los que accedió Cuarto Poder, con Zuazo a la cabeza se volvió a activar la licitación. La diferencia con la convocatoria anterior es que el gobierno decidió aumentar el presupuesto en casi 8 millones de soles.
192 millones de soles. Según las bases del contrato, el postor ganador tendría que brindar los servicios por tres años al legado de los Panamericanos. Entre ellos, mantenimiento preventivo y correctivo a edificaciones, a campos deportivos, a piscinas, gestionar los albergues, dar seguridad privada, y más servicios de los cuales se podría valer de subcontratistas, pero todos bajo el paraguas del mismo contrato. Sin embargo, el proceso, inauditamente, fue frenado por la entidad: Legado.
Ahora, con la extinción y transferencia de las funciones de Legado, este millonario contrato ha quedado rodando en la cancha del cuestionado IPD, en donde Nicanor Boluarte y compañía manejaban esa institución tras las sombras. El riesgo estaría en que los servicios del contrato para estos colosos deportivos se repartan a granel.
Todo indica que el Proyecto Especial Legado estuvo frecuentemente bajo la mira de intereses políticos. Ahora, con su extinción salta la incertidumbre ante un IPD controlado, en su momento, por ‘Los waykis en la sombra’, y justo ahora que el país ya está en carrera hacía los Juegos Bolivarianos 2025 y los Panamericanos del 2027.