Chincha: Escolares acaban con la vida de personal de seguridad

Increíblemente, Eduardo Manrique fue asesinado por dos escolares, uno de 15 años conocido con alias de charapa y otro de 16 años llamado lechuga

Las pertenencias que Eduardo usaba a diario para irse a trabajar han quedado colgadas en la puerta de su hogar. / Video: Domingo al Día

Más de 30 años siendo agente de seguridad, era un hombre de preparado, un ex militar que fue cruelmente asesinado por dos escolares que pretendía asaltarlo.

Eduardo Germán Manrique Castro tenía 47 años y poseía una gran destreza con las armas, una habilidad que se puede ver en los videos de sus entrenamientos, practicaba tanto de día como de noche, y es que sabía que un resguardo tenía que estar preparado para todo momento. 

En la pared de su casa cuelgan más de una decena de certificados de cada uno de sus cursos y capacitaciones, diplomas que hoy su esposa muestra orgullosa, pero a la vez, con una inmensa nostalgia al no tener a su adorado Edu a su lado. 

Eduardo era un padre consentidor y el sustento de su familia, había dejado Lima a causa de la inseguridad y en busca de un futuro mejor, pero nunca imagino que en el lugar donde se sentía seguro iba a encontrar la muerte.

Sus amigos del polígono de tiro, no entienden como una persona preparada en armas con tal habilidad en tácticas de combate haya terminado asesinado de esa manera. 

Desde que lució el uniforme militar, Eduardo Manrique Castro vislumbró esa pasión por ser un experto en armamentos de todo tipo. 

Era muy joven cuando decidió pertenecer al ejército, en estas fotografías se lo ve luciendo las distintas indumentarias siempre con orgullo.

Eduardo se había desempeñado como seguridad y resguardo poseía conocimientos en defensa personal, manejo de pistolas y fusiles. Aquí podemos verlo en uno de sus tantos entrenamientos. 

Este hombre de 47 años ha vestido distintos uniformes y todos ellos los guardaba como un lindo recuerdo de cada uno de sus trabajos. 

Tenía una familia con la que constantemente compartía momentos de felicidad, para él su esposa e hijo lo eran todo, por ellos dejó de ser resguardo para cuidar una obra en chincha, aunque ya deseaba volver a la capital para seguir siendo agente de seguridad.

Increíblemente, Eduardo Manrique fue asesinado por dos escolares, uno de 15 años conocido con alias de charapa y otro de 16 años llamado lechuga. Según la policía, ambos estudiaban en una institución educativa en la ciudad de Chincha.

Adolescentes que actuaron con total ferocidad contra el agente de seguridad quien se dirigía en bicicleta hacia su casa. Su salvajismo fue tal, que no sólo le dieron 5 disparos sino también le hicieron cortes en la cabeza. 

A pesar de sus mortales heridas la seguridad antes de morir brindó detalles de los menores que lo habrían atacado. Para esta esposa los días se han vuelto tristes y las mañanas interminables al saber que nunca más podrá abrazar y ver a su compañero de vida. 

Las pertenencias que Eduardo usaba a diario para irse a trabajar han quedado colgadas en la puerta de su hogar como esperando que algún día, él vuelva a usarlas como antes. 

El que aparece en estas fotografías es uno de los menores de edad quien cursaba el 4to año de secundaria. Aquí, se lo ve echado en una camilla luego de ser herido por el agente de seguridad tras el forcejeo ante el intento de robo, increíblemente vestía su uniforme escolar y contaba a los oficiales, lo que supuestamente le había sucedido.  

Este es un adolescente infractor, a quien apodan lechuga y que a su corta edad ya se habría convertido en una persona sínica, sin temor y avezada. 

Tan sólo en 4 meses en chincha se han desarticulado 44 bandas criminales, entre ellas dos integradas por adolescentes siendo retenidos 6 menores de edad que hoy se encuentran recluidos en Maranguita.

Por este motivo, la policía de chincha viene intensificando sus esfuerzos en los colegios con talleres y capacitaciones a los escolares para así evitar que los adolescentes caigan en manos del hampa. 

Al ritmo de salsa, con una de sus canciones favoritas, así despidieron a este agente de seguridad al que todos los vecinos de su localidad apreciaban por ello su féretro fue llevado hasta la iglesia principal del lugar. 

Una vez más, una familia ha quedado enlutada, con un vacío inmenso en el corazón tras haber perdido a su ser querido.

Saben que nunca más podrán abrazarlo, ni verlo en el campo de tiro, haciendo gala de su destreza y habilidad con las armas. Un padre que, hoy, no pudo celebrar su día y que ahora seguramente encuentra resguardando las puertas del cielo como agente de seguridad. 

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