Caso Cuellos Blancos: Testigo en peligro
Cuarto Poder muestra nuevos elementos sobre el emblemático caso de corrupción. Gianfranco Paredes, el exasesor y exmano derecha del cabecilla de esta red criminal, denuncia que pretenden silenciarlo.
Ingresemos al enrevesado mundo de un testigo clave en el caso Cuellos Blancos del Puerto. Por esta estrecha y poco iluminada escalera se llega al refugio de un hombre que está amenazado de muerte. Es una pieza importante del engranaje del corrupto aparato judicial montado por Walter Ríos en la Corte del Callao. El hombre que confesó a la justicia detalles de cómo operaba esta mafia por dentro, ahora teme por su vida.
Gianfranco Paredes, exasesor de : Esta es la bala que adjuntan al sobre de la amenaza
-¿Dónde la dejaron?
-En el buzón de mi mamá. Cuando ella va hacer su limpieza se percata y dentro de ese sobre estaba esa bala. Le logré tomar foto porque hice mi denuncia.
Gianfranco Paredes, el exasesor y exmano derecha del cabecilla de esta red criminal que contaminó por años el sistema judicial chalaco, aún sabe mucho, no lo ha contado todo e intenta entregar mayor información a la fiscalía. Hoy por primera vez ante nuestras cámaras denuncia que pretenden silenciarlo.
-¿Qué decía la hoja?
-En el sobre tenía una anotación: gordo soplón te vas a ir piso, tiene la A volteada y la A volteada en el argot delincuencial es muerte. Dentro de ese sobre que es de hoja dice: "maldito gordo hdp, sigue hablando y te van a dar piso, ctm, hdp, plomo para ti y dentro de eso la bala. La 1 de la tarde del mismo día recibo una llamada del penal Castro Castro.
Son 20 nuevos hechos los que Paredes ha presentado recientemente por escrito al segundo despacho de la fiscal de crimen organizado Magaly Quiroz Caballero. Según él, aportes que acreditan más ilícitos cometidos por Walter Ríos y su entorno cercano. Sin embargo, esta información ha sido rechazada por el despacho fiscal.
Este es precisamente el extracto de esa conversación entre el gerente de la corte Carlos Parra Pinedo y Gianfranco Paredes obtenida por medio de interceptaciones telefónicas, el hecho que Paredes pretende entregar como una nueva delación consta en actas y se encuentra plenamente registrado.
Cuarto Poder muestra hoy nuevos elementos sobre el emblemático caso de corrupción y podredumbre del sistema judicial chalaco y el testimonio de quien considera que por extraños intereses se le impide la entrega de más delaciones en contra del cabecilla de los cuellos blancos para así conseguir su condición de colaborador eficaz.
Gianfranco Paredes, el encargado de recibir sobres con coimas para su jefe, adecuar sentencias a cambio de dinero o conseguir puestos en la corte por 500 verdecitos, fue detenido por la policía en el 2018, cuando tenía 31 años.
Una vez detenido, Paredes se ofreció para colaborar con la justicia. Entonces se le abrió un cuadernillo de colaboración eficaz y se lo otorgo un código reservado. Empezó a entregar valiosa información sobre cómo funcionaba la mafia por dentro. El juzgado varió la medida de detención por comparecencia y se fueron corroborando todos los datos entregados.
La fiscal Rocío Sánchez, integrante del equipo especial de los Cuellos Blancos logró armar varias líneas de investigación con las delaciones de Paredes, entonces considerado ya un colaborador eficaz pues ella explicó en su momento que la figura de aspirante no existe en términos legales. Ella estaba a punto de cerrar el cuaderno, concretar el acuerdo pactado y otorgarle el beneficio tras corroborar que la información entregada era cierta. Sin embargo, Rocío Sánchez fue reemplazada en el segundo despacho por la fiscal Magaly Quiroz.
Fue ahí que empezaron los problemas para Paredes. Denuncia que desde que la nueva titular del despacho asumió el cargo, ha rechazado toda la nueva información que ha proporcionado como aporte para la investigación.
Paredes asegura que en la información que la Fiscalía no le acepta hay datos sobre contrataciones aparentemente ilícitas, pedidos fraudulentos e intentos de Walter Ríos de postular para juez supremo utilizando recurso públicos, y pagos de asesores, uso de vehículo y bienes del estado para la mudanza de Ríos y tratativas para ayudar a funcionarios que incluso todavía ocuparían cargos públicos. Además de los datos recientes, sobre la relación del empresario Samir Abudayeh con su exjefe Walter Ríos y la ayuda a su amigo Sandro Herrera.
La fiscal Magaly Quiroz Caballero a través de un documento le informó el rechazo de las narraciones de supuestos hechos develados. Entre una de las razones explica que el simple hecho de ofrecer estas nuevas narraciones o ampliar las que ya había hecho evidencia que no se cumple con la oportunidad y predisposición de proporcionar información de manera oportuna.
Otra de las razones expuestas por Quiroz señala que las narraciones no tienen contenido jurídico penal sino que se precisan relaciones interpersonales entre diversas personas vinculadas a la investigación del caso , sin embargo de las mismas no se desprende indicios que nos permitan concluir la comisión de un ilícito penal.
La afirmación que hace Paredes sobre el lazo de amistad entre la fiscal Magaly Quiroz Caballero y la esposa de Walter Ríos, Maritza Elizabeth Sánchez Liza, se sustenta en estos certificados oficiales del Ministerio de Educación. Ambas estudiaron en el mismo colegio en Chiclayo, los mismos años: del segundo al quinto de secundaria, las dos culminaron los estudios en 1986. Sin embargo la fiscal Quiroz Caballero ha negado tener una relación de amistad. Dice que no la conoce, que estudiaron en el mismo año pero no en el mismo salón. Pedimos sus descargos de manera oficial pero no aceptó darnos una entrevista.
Así como tampoco respondió sobre por qué le negó protección a este procesado cuando le informó sobre las amenazas en febrero último y sobre el GPS hallado escondido en el vehículo de Paredes denunciado en noviembre pasado a su despacho. Solo en un documento le responde al procesado que su despacho no tiene competencia para conocer o realizar investigación alguna sobre los dos sucesos extraños.
Fue un Cuello Blanco del Puerto, entregó información clave para desbaratar a su propia organización y ahora no sólo puede irse 35 años preso, sino también perder la vida.