El boom del globo: La historia de éxito de Francesco De la Cruz

Francesco De la Cruz era, hasta hace unos días, un desconocido peruano de 18 años que vive y estudia en España. Hoy, es el famoso campeón del Mundial de Globos, torneo que pudo ser una distracción de matiné, pero acabó siendo noticia.

Y es que en un país urgido de triunfos no hay ego patriotero que se resista ante un podio. El orgullo no tiende a autorregularse. El Mundial de Globos, o ‘Balloon World Cup’ en inglés, comenzó a inflarse en agosto de 2021.

Un video en ‘Tik Tok’, mostraba un clásico juego de niños interpretado por dos adolescentes. Pero lo que debió ser uno de tantos virales que nacen y mueren a diario en el ciberespacio, capturó la atención del español Ibai Llanos, el actual Rey Midas de las redes sociales, capaz de codearse con ídolos de talla mundial y de convertir casi cualquier cosa en un boom de la Internet.

El destino del Mundial de Globos se acabó de escribir cuando uno de los amigos famosos de Ibai, el futbolista Gerard Piqué, le dio nuevos aires.

Una convocatoria en Youtube atrajo postulantes de todo el mundo interesados en jugar muy en serio con un globito de fiesta infantil. Atletas portentosos y aficionados de 32 países se anotaron, entre ellos un peruano.

La puesta en escena contaba con un árbitro profesional, cámaras de última generación y hasta ceremonia de himnos. 

El juego consistía en impedir que el globo caiga al piso y forzar a que el rival de turno no lo logre. Como si se dedicara solo a eso, y no a la informática o al vóley, Francesco De la Cruz despachó a cuatro globeros antes de disputar la final contra el representante de Alemania.

Fue así que un video viral acabó convertido en fenómeno global.

El huaralino radicado en Barcelona se llevó un trofeo macizo, diez mil euros y la gloria, Pero su día seguía teniendo gas.

Además de Francesco De la Cruz y los organizadores, quienes también pueden inflarse cual ganadoras son las redes sociales. Son ellas el refugio de cada vez más jóvenes. El mundo es más que nunca una aldea glo-ba-lizada.

Que el Perú suene en el vocabulario de un famoso ‘streamer’, o que nuestro presidente sea tendencia por felicitar al más capo en un juego de niños, no pasa todos los días. Pero, ojo, que todo globo que crece demasiado, se enfrenta a un inexorable destino. No se vive sin aire, pero tampoco solo de él.