Nuevos indicios sobre la muerte de un hombre durante las protestas en Ayacucho

En su barrio era conocido como un hombre habilidoso, era chofer y también se dedicaba al campo. Su nombre es Edgar Wilfredo Prado Arango y es uno de los 10 muertos que dejó el sombrío 15 de diciembre en la ciudad de Huamanga. 

Una cámara de seguridad reveló cómo murió a menos de una semana de cumplir 52 años. Eran las 5: 56 de la tarde, las Fuerzas Armadas salieron del perímetro del aeropuerto buscando replegar a la turba que había tomado, minutos antes, la pista de aterrizaje. 

Este fue el recorrido que hicieron los militares, avanzaron una cuadra desde el terminal aéreo y doblaron a la derecha justo a la calle Los Ángeles donde Edgar Prado vivía. 

Algunos integrantes del Ejército fueron captados haciendo uso de sus armas. La cámara lo capta arrodillado, había salido de casa a auxiliar a los heridos. Allí estaba a 30 metros de su vivienda tratando de reanimar a una joven, pero de pronto él recibe un disparo.  

Un proyectil de arma de fuego penetró su tórax y le produjo un shock hipovolémico hemorrágico. Además, de laceración hepática y pulmonar y traumatismo toraco abdominal abierto. Con vida fue llevado al hospital, pero un día después murió.  

Las muertes de las 10 personas y de los heridos en Ayacucho son parte de una sola investigación que realiza el Ministerio Público con apoyo de la Defensoría del Pueblo. Esta determinará si el proyectil que mató a este hombre durante las manifestaciones fue disparado por un militar.