Así fue la captura del falso cura que mantiene denuncias por violación a menores
Ahora, el autodenominado monseñor cumple tres meses de prisión preventiva en Ecuador y les ha pedido ayuda económica a sus seguidores religiosos en Perú
Vestía sotana, pero detrás de su hábito ocultaba sus más oscuros pecados. Se hacía llamar obispo o monseñor entre sus feligreses, diciendo ser un religioso que pertenecía a la iglesia, oficiando misas en zonas alejadas del Perú. Pero, en Ecuador estaba siendo intensamente buscado, hace tres años, por abuso sexual a menores de edad. Un falso padre que, en realidad, sería un verdadero monstruo.
El hombre debajo de esta indumentaria, que se mostraba bondadoso, compasivo y un buen ser humano, ante los ojos de los demás, es Juventino de Jesús Espinoza Espinoza, un ecuatoriano de 56 años, que según su cedula de identidad, sería casado y que predicaba la palabra de Dios en ceremonias virtuales y presenciales, tanto en nuestro país como en su ciudad natal, una forma que, según la policía, había encontrado para acercarse a sus potenciales víctimas.
En cuatro años viviendo en Perú, convenció a fieles de acompañarlo a cada uno de sus sermones, mientras que, en Ecuador, tiempo atrás había formado una supuesta iglesia llamada Ifejem, se jactaba de haberla fundado y en sus redes sociales colgaba fotografías de sus peregrinaciones y charlas tanto a jóvenes como a los más pequeños, siempre mostrándose como un supuesto padre ecuménico. Una fachada que le habría servido para engañar y coaccionar a niñas a mantener relaciones sexuales con él. Ahora, tres acusaciones que han salido a luz y que cargaría entre sus pecados.
Llegó en el 2019 a nuestro país, junto con una menor de edad de 12 años, que llevaba en su vientre un hijo que, al parecer, sería suyo. Cruzó la frontera pensando que aquí, en Lima, podría borrar su terrible pasado, por lo que empezó a formar una nueva asociación religiosa, esta vez, en el distrito de Puente Piedra.
Pensó haber burlado a las autoridades, entraba y salía clandestinamente de ambos países haciéndose pasar como comerciante, pero, la División de Inteligencia de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía, ya lo tenía en la mira al activarse en marzo de este año, su orden de requisitoria.
A pesar de las denuncias en su contra, sus feligreses confían plenamente en su inocencia y dicen que harán todo lo posible para tenerlo de vuelta en el comedor, donde él soñaba establecer una capilla, pues, no creen que el hombre que vestía sotana y se mostraba bondadoso con ellos, sea un depravado sexual.
Tras un exhaustivo trabajo de inteligencia entre la policía peruana y la de Ecuador, se logró la captura de este autodenominado sacerdote, al pisar suelo ecuatoriano. Él se encontraba desayunando en puesto ambulante, cuando fue intervenido por los agentes al contar con una orden de detención vigente.
Sin poner resistencia, fue trasladado a una prisión, en su país, donde le han dado 3 meses de prisión preventiva. Estas son algunas de las pertenencias, que el autoproclamado monseñor, llevaba consigo el día de su detención, en un pequeño maletín se encontraba su inseparable parlante y en una mochila la indumentaria con el que realizaba sus denominadas misas.
Existe un último video ante de ser detenido por los agentes, data de semana santa, para ser exactos del dos de abril, domingo de ramos. Es el hombre del lado izquierdo de su pantalla, se le ve luciendo un atuendo rojo, cargando un parlante y lo que sería una palma en la mano.
Desde Ecuador, tras los fríos barrotes de una celda, Juventino Espinoza se comunicó con sus feligreses acá en Perú, para invocarles por ayuda económica y contarles que se encontraría bien de salud.
En esas cuatro paredes, es donde este seudo sacerdote transmitía sus misas, bajaba una especie de cortina y con la ayuda de sus fieles seguidores realizaba las grabaciones de la homilía.
Sus creyentes a quienes convenció que es un padre, nombrado por la iglesia, nos mostraron estos documentos que supuestamente lo acreditarían como obispo, pero al ser consultado con las autoridades religiosas, nos indicaron que este sería un falso padre, que se autoproclama ministro de Dios.
Ahora, que se encuentra tras las rejas, la policía viene descubriendo muchos más delitos que habría en su contra, no solo está siendo investigado por violación contra menores de edad, sino también por haber estafado con dinero a ciudadanos ecuatorianos.
Juventino Espinoza, incluso, era invitado a realizar homilías en esta capilla denominada Señor de Los Milagros, que sería de la fraternidad San Giorgio, realizando ceremonias en este lugar. Él mismo que, mediante comunicación telefónica, indicó desconocer las denuncias en contra del seudo sacerdote, al mismo tiempo que condenaba los actos que se le imputa en Ecuador.
Por lo que, el general de la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía, hace un llamado, a las personas que hayan sido víctimas de este seudo padre, a acercarse a la División de Protección del Niño, Niña y Adolescente a realizar su denuncia contra este hombre que profesaba, por un lado, pero que, por el otro, ocultaba una doble vida.
Las investigaciones y el tiempo dirán el destino de este autodenominado sacerdote, Juventino Espinoza, un sujeto que sería un violador de menores tras las pruebas recaudadas por la policía peruana y ecuatoriana, pero, que para sus feligreses sólo serían calumnias en su contra. Ahora, el caso está en manos de la justicia ecuatoriana, un país, donde también se hacía pasar como un padre misionero.