Hoy:

    Así cayó alias Chato Aaron, sicario de 18 años

    Alias Chato Aaron es sindicado por la PNP como uno de los responsables de un triple crimen en el Callao que provocó su fuga. Tras su retorno al Perú se logró su detención

    Foto y video: América Noticias

    Esta semana, fue capturado alias "Chato Aaron", quien a sus 18 años era considerado por la Policía como un sanguinario delincuente que habría acabado con la vida de tres personas en el Callao, el pasado 19 de diciembre. 

    Según las investigaciones, este joven integraba la banda de los injertos de Juan Pablo II, encabezada por el ranqueado criminal "El Gordo Martín", uno de los criminales más peligrosos del primer puerto. 

    Lo que comenzó como una celebración terminó en una pesadilla de pólvora y sangre. Más de diez disparos silenciaron por completo la música alegre para dar pase a los gritos desgarradores que retumbaron en todo el vecindario.

    Tres cuerpos sin vida que yacían baleados en el piso fueron el resultado de un domingo de terror. Uno de ellos sería Jesús Aaron Flores Pachas. Un frío pistolero que, aunque acababa de cumplir 18 años, ya operaba con la ferocidad y precisión de un experimentado sicario.

    A su corta edad es sindicado de ser uno de los soldados de la muerte de Julio Martín Cárdenas Rosales, alias el "Gordo Martín", el criminal más sanguinario y ranqueado del Callao, quien desde la clandestinidad maneja los hilos del cobro de cupos, venta de drogas y una serie de asesinatos por encargo en el primer puerto. 

    Las pesquisas apuntan a que alias "Chato Aaron" habría sido reclutado desde los 16 años para aprender a disparar y formar parte de los injertos de Juan Pablo II, nombre que hace alusión al poder que tienen sobre uno de los barrios chalacos más picantes. 

    Christian Regalado Ballón, alias loco, es el nombre de su peor enemigo y quien además lleva el control de las peligrosas calles de Tiwinza. Fue así como pusieron la mira en Eduardo Ferming Chung Arias, conocido como Daddy Yankee, un hombre que acababa de salir del penal Sarita Colonia tras purgar una condena por el delito de robo. 

    Cuando el gordo Martín supo que había salido en libertad, mandó a dos de sus gatilleros, un menor de edad junto a alias el chato Aaron, para acabar con su vida. El reloj marcó las 4:23 de la tarde; ambos sicarios caminaban con calma para no levantar sospechas. Sabían que Eduardo Chung se encontraría dentro de su casa en una reunión familiar. 

    Al detectarlo, desataron una infernal ráfaga de disparos contra él; sin embargo, su sobrino y su hijo de 14 años también fueron acribillados a sangre fría, a quemarropa y sin piedad. Este último era una joven promesa del balompié chalaco. Un mes después, alias Chato Aaron decidió salir del país. 

    Un audio que hoy difundimos en exclusiva revela la reacción que tuvo el gordo Martín al enterarse que la policía ya sabía de la muerte de Eduardo Chung, alias Daddy Yankee. Para este avezado criminal, que sus soldados entrenados terminen presos no representa un problema, pero sí lo es cuando las autoridades incautan sus armas de fuego. 

    Envuelto por la ira, amenaza con matar a quienes, según él, traicionaron su confianza. Pero no existe crimen perfecto y la huella del hampa es indeleble. Los policías de la Divincri Callao consiguieron información que apuntaba a alias Chato Arón como el responsable de estas muertes. Solo esperaban que bajara la guardia y regresara a Perú para finalmente capturarlo. 

    Quiso negar todos los cargos; pero su coartada se desvanecía lentamente cuando pusieron frente a él estas fotos en las que se mostraba desafiante junto a otros hombres que hoy en día están tras las rejas. 

    El coronel Pedro Rojas, jefe de la división de investigación criminal del Callao, y su equipo especial contra el crimen han sabido estructurar la pirámide criminal encabezada por alias gordo Martín.

    Serían 18 gatilleros en total, de los cuales, 16 ya fueron detenidos y seguirán tachando los nombres de todos los seguidores del "Gordo Martín", quienes ofrecen su lealtad y su vida a cambio de 500 soles semanales. Sin saber que al mínimo error, ese mismo hombre que jura protegerlos también es capaz de asesinarlos con la misma frialdad con la que mata a sus enemigos.