Alan García: revisa la biografía del fallecido expresidente

Su gran capacidad para la oratoria lo hizo, de inmediato, un personaje visible en el escenario político. A los 35 años, Alan García postuló a la Presidencia de la República. Ganó con holgura la primera vuelta el 14 de abril de 1985, luego de que Alfonso Barrantes Lingan desistiera de participar en la segunda vuelta, debido al gran margen existente entre ambos candidatos. El líder aprista asumió el Gobierno el 28 de julio.

Luego de dos años de bonanza, la gestión entró en crisis, negándose a pagar los créditos ante la banca internacional, por lo que el Perú fue aislado. La hiperinflación lo llevó a un intento de estatizar la banca en 1987.

Tras devaluar en sólo cinco años una moneda, el Inti, y luego de una administración considerada desastrosa, dejó el Gobierno en 1990 bajo cuestionamientos graves por la presunta comisión de actos ilícitos durante su gestión.

Fue investigado hasta el 5 de abril de 1992, cuando el autogolpe de Alberto Fujimori lo llevó a huir de su vivienda y finalmente ingresar a la Embajada de Colombia que le concedió el asilo. Tras una estancia en Bogotá, García estableció su residencia en París – Francia y nunca se presentó a las investigaciones que en el Poder Judicial se seguían por diversas acciones.

Caído el régimen de Fujimori en el 2000 y extinguidas las causas en su contra por prescripción, García volvió al país en febrero del 2001. Con el tiempo exacto para postular a las elecciones de ese año, tras un ascenso meteórico, consiguió superar a Lourdes Flores y pasar a segunda vuelta, en la que fue derrotado por Alejandro Toledo.

García volvió a su activismo político y entre las imágenes que de él se recuerdan está este puntapié que le aplicó a Jesús Lora durante una movilización en 2004. Nuevamente se enfrentó a Lourdes Flores en el 2006, por el segundo lugar, y por un mínimo margen, accedió a la segunda vuelta y derrotar en el balotaje a Ollanta Humala Tasso el 5 de junio del 2006.

Asumió el 28 de julio en 2006, su segunda administración vino de la mano con el boom del crecimiento peruano y el auge de los minerales. En ella se continuaron obras como la Interoceánica y su gran proyecto truncó en el primer gobierno, el Metro de Lima.

Tras abandonar el gobierno en 2011, sin entregar la banda en el Congreso, para no repetir lo vivido en 1990, anuncio que dejaba la política activa y se dedicó a publicar libros. Pero 5 años después volvió a postular, esta vez alcanzando apenas el 5% de los votos.

En aquel entonces sí informó que abandonaba la política de manera definitiva. Cuando se abrieron investigaciones en su contra, tras la caída de algunos funcionarios de mediano nivel en 2016, por la obra del Metro de Lima, García siempre negó vínculo alguno con actos ilícitos.

En noviembre del año pasado, tras volver de España, se dictó un impedimento de salida del país por 18 meses y, aunque señaló que permanecería en el Perú, García intentó un asilo político en la residencia del embajador del Uruguay que fue denegado 2 semanas después. A partir de allí García tuvo mucha actividad en redes sociales y una justa y necesaria aparición en la vía pública.

Hasta el 16 de abril en la que nuevamente negó nexos con cobros de Odebrecht, a pesar de que se confirmó el pago por la conferencia en Sao Paulo en 2016 y se descubrió supuestos depósitos a su secretario general Luis Nava de la empresa brasilera.

Intensa, al límite, Alan García iba a cumplir 70 años en mayo de este año, ganador de dos comicios presidenciales, candidato 4 veces, un hombre que desde su infancia vio de cerca la prisión que sufrió su padre, para quien la gloria política siempre estuvo abrazada a problemas con la justicia.

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