La WTA denunció este domingo un doble rasero en el arbitraje en los partidos masculinos y femeninos, luego de que Serena Williams fuera multada con 17.000 dólares por la Asociación de Tenis de Estados Unidos por su polémico comportamiento en la derrota ante la japonesa Naomi Osaka en la final del US Open.
Serena acusó más tarde en conferencia de prensa al juez de silla portugués Carlos Ramos de haber tomado una decisión "sexista" luego de sancionarla con un juego (2-6, 3-5 en ese momento) tras recibir tres warnings, el último de ellos por llamarle "mentiroso" y "ladrón".
"Pienso que el juez de silla no tendría que haber empujado a Serena hasta el límite, especialmente en la final de un Grand Slam. Cambió el transcurso del partido lo que, en mi opinión, era quizás innecesario", valoró el serbio Novak Djokovic luego de ganar en la final masculina este domingo al argentino Juan Martín del Potro en tres sets.
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La norteamericana recibió una primera advertencia por recibir órdenes de su entrenador, una segunda por romper una raqueta y la tercera por dirigirse en esos términos al árbitro, que no recibió el tradicional trofeo que se les entrega a los jueces después de la final.
"He visto a otros hombres decir otras cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer. Siento que, llamarle 'ladrón' y ser penalizada con la pérdida de un juego por ello es una decisión sexista. Nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle 'ladrón'", apuntó ante los medios.
Este domingo por la noche, la WTA de su puso de su lado.
"Ayer también trajo a la primera plana la cuestión sobre si se aplican diferentes estándares entre hombres y mujeres a la hora de arbitrar partidos. La WTA cree que no debería haber diferencias en los estándares de tolerancia a la hora de que los hombres y las mujeres expresen sus emocionoes y estamos comprometidos en trabajar con el deporte para asegurar que todos los jugadores son tratados igual. No creemos que eso ocurriera la pasada noche", explicó el organismo en un comunicado de su director, Steve Simon.
"No veo las cosas como el señor Simon. De verdad que no. Pienso que hombres y mujeres son tratados de una forma u otro en función de la situación. Es difícil generalizar", apuntó Nole.
Ramos había advertido primero a Serena al ver que su entrenador, el francés Patrick Mouratoglou, le hacía señas con las manos, por lo que tendrá que pagar 4.000 dólares.
"No hago trampas para ganar, prefiero perder", le dijo ella cuando cedía 15-40 en el segundo juego del segundo set tras perder 2-6 en la primera manga.
Ladrón y mentiroso
"Pensamos que el problema del 'coaching' debe ser abordado y permitido en el deporte. La WTA apoya las órdenes de los entrenadores en pista en sus normas (en algunos casos) pero se necesita una mayor revisión", agregó el director de la WTA.
Poco después, tras perder el quinto juego con su saque (3-2), tiró la raqueta contra el suelo, provocando una segunda advertencia, un punto menos en el sexto "game" y ahora una multa de 3.000 dólares.
Serena se retiró a su rincón y siguió discutiendo con el réferi hasta que en el séptimo juego, tras ir por detrás 3-4, explotó.
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"Has atacado mi carácter, esto está mal (…) Me debes una disculpa (…) Eres un mentiroso. Eres un ladrón, me has robado un punto", gritó muy enfadada, para amenazar después. "Nunca más vas a volver a arbitrarme. Nunca", añadió.
El juez de silla decidió entonces sancionarla de nuevo, en este caso con la pérdida del octavo juego al ser advertida por tercera vez, teniendo que hacer frente además a una multa de 10.000 dólares por violar el código de conducta.
Así, Osaka se convirtió en la primera japonesa en ganar un Grand Slam, al imponerse a Serena por 6-2, 6-4 en un encuentro marcado por el polémico comportamiento de la jugadora local. AFP