Más exploración, menos velocidad
Los organizadores han dado prioridad a itinerarios "dedicados a la exploración", limitando "la longitud de los sectores de transición en los que las diferencias están únicamente ligadas a la potencia de los vehículos".
Una medida que debería poner el acento en la resistencia. También se espera una reducción de la velocidad global, especialmente de las motos, cuyos tripulantes están más expuestos en caso de caídas.
Dos de los motoristas, entre ellos el experimentado portugués Paulo Gonçalves, murieron durante la anterior edición en este país.
Para evitar revivir dramas de tal calibre, los chalecos 'airbags' serán obligatorios, como ocurre por ejemplo en las carreras de MotoGP. Las zonas más peligrosas estarán señaladas en los GPS de los competidores para que reduzcan su ritmo, explicaron los organizadores.
Habrá menos velocidad pero más emoción, estima la dirección del Dakar.
El prólogo en Yedá será una novedad de 2021, para determinar el orden de salida de los competidores.
La undécima y penúltima etapa será por su parte "extremadamente difícil, la más dura quizás, con 500 kilómetros de tramos cronometrados, de ellos 100 kilómetros de dunas en los que todo será posible", celebró David Castera.
En 2020, el español Carlos Sainz ganó la competición brillantemente, pero con diferencias de cronos ajustadas respecto a Nasser Al Attiyah y Stéphane Peterhansel.