Teófilo Cubillas brindó una entrevista a la página oficial de la Copa América en la que aseguró que le da “tristeza” ver los partidos de la Liga de Campeones y después nuestro campeonato peruano. Asimismo evitó dar una opinión acerca del seleccionador peruano Ricardo Gareca. “Me gusta opinar de las personas que conozco. Le deseo la mejor de las suertes”, sostuvo.
Sobre la participación de la bicolor en la próxima Copa América, Cubillas consideró que Paolo Guerrero podría destacar en el equipo. Además, mencionó otro nombre: Christian Cueva. “Podría ser figura, pero su presencia física no están buena”, comentó. Dijo además que no forma parte de la selección peruana por egoísmo de parte de sus integrantes.
Te dejamos la entrevista completa al ex futbolista peruano.
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Teófilo Cubillas fue un crack enorme que basó su juego en el detallismo. Según cuenta, esa falta de dedicación podría ser la explicación por el mal momento futbolístico de su país.
1969. Terminaba el entrenamiento, pero todavía faltaba el momento más especial. Mientras la mayoría del plantel caminaba sin demasiada prisa al vestuario, los periodistas que se habían aburrido con los movimientos más bien relajados del plantel ahora se preparaban para lo mejor. Era un enfrentamiento interno. Didí, director técnico de la Selección de Perú y leyenda de Brasil, se juntaba con Teófilo Cubillas, un joven de 20 años que mostraba unas condiciones fuera de lo común. Cuando el cansancio de la práctica bajaba, empezaba el show: competían por quién le pegaba mejor a la pelota. Ejecutar tiros libre con el borde interno les parecía simple y aburrido, entonces probaban con la parte externa del botín. Era magia: la gravedad dejaba de existir.
1975. Una multitud de jugadores brasileños conformaban una barrera que parecía interminable. El Mineirao de Belo Horizonte estaba repleto, a la espera de que su equipo asumiera la responsabilidad de ser local. Él se paró demasiado de costado a la pelota, como si tuviera la intención de tirar un centro. Pero la imaginación de Cubillas era más grande que la de cualquier niño que a los cinco o seis años sueña con ser campeón del mundo con la selección de su país. Con desprecio, acarició la pelota y la clavó en el primer palo defendido por el arquero Raúl.
A Cubillas no le importó esa histórica victoria de Perú por 3 a 1, en las semifinales de la Copa América 1975 que su equipo iba a terminar por conseguir. Ni siquiera su golazo. Sólo quería llegar al hotel, agarrar el teléfono y llamar a Didí, el entrenador que le inculcó la magia del trabajo y la repetición.
Gracias, hermano, por haberme enseñado le dijo.
A los 66 años, para Teófilo Cubillas la vida tiene menos secretos que nunca: "A lo que te dedicas, hay que saber que cuanto más te dediques a eso, más cerca debes estar de la perfección". Mejor jugador de la Copa América 1975, goleador histórico de la Selección de Perú y elegido constantemente entre los 50 mejores de la historia del fútbol, el Nene es una leyenda que se agiganta cada vez que su país fracasa en una nueva competencia (la última buena actuación fue el tercer puesto en la Copa América 2011, pero el equipo no accede a un Mundial desde 1982, cuando terminó en el 20º lugar).
Fue el jugador que generó un quiebre en la historia de Perú, el que guió a una generación dorada (Héctor Chumpitaz, Hugo Sotil y Juan Carlos Oblitas, otros cracks) a lo más alto, el símbolo del deportista saludable, honrado y exitoso. Cuando Pelé estaba al borde del retiro en Brasil, le preguntaron por el destino del fútbol. "No se preocupen, tengo un sucesor que se llama Teófilo Cubillas", dijo. El día que le preguntaron al paraguayo José Luis Félix Chilavert por qué se animaba a patear tiros libres, no dudó: "Cuando vi el gol que Cubillas le hizo a Escocia (un mítico tanto de tiro libre en el que le pega con el borde externo, por afuera de la barrera, en el Mundial de 1978) decidí que era lo que quería hacer". Así de grande fue.
En diálogo con el sitio oficial de la Copa América 2015, Cubillas transmitió cierta impotencia por no poder transmitir parte de su idiosincracia, la de trabajar, dedicarse y perfeccionarse para ser el mejor.
-Cada derrota de la selección de Perú parece hacer más grande su estatura de ídolo. ¿Cómo toma eso?
-Por un lado, es lindo que te recuerden. Por otro, no quiero ser egoísta: quiero a mi país en el Mundial. Sé lo que se necesita.
-¿Por qué hoy no forma parte de la Selección de Perú? ¿Y por qué no tuvo un rol más activo en los últimos años?
-Me hubiese gustado involucrarme, pero no como entrenador. Me pidieron ahora para que ayudase, pero hay demasiado egoísmo. El nuevo presidente (Edwin Oviedo, que reemplazó a Manuel Burga) quería que fuese parte con él, que tuviera un cargo importante. Yo hablé con Elías Figueroa en los últimos días. Y él es parte de la Federación de Chile (ANFP), tiene voz y palabra. Pero aquí es distinto.
-¿Y cómo técnico no se imagina?
-No, como entrenador es muy difícil. Soy demasiado exigente, muy ambicioso, no me conformo. Cuando veo la mentalidad del jugador, no me gusta…
-¿Por qué no salió otro Cubillas en Perú?
-Estoy convencido de que puede salir otro Cubilllas. Pero los jugadores tienen que entender que ser un buen jugador de fútbol no es jugar un partido bueno de cinco. Ser bueno es jugar cuatro buenos y uno de regular para arriba. Si no salió otro Cubillas es por culpa de los mismos jugadores. Hasta el día de hoy nos recuerdan a mí y mis ex compañeros porque cada vez que ellos pierden aparecen nuestros nombres. Ellos deberían haber logrado cosas buenas para que se mencionase a otros jugadores. Han salido muchos buenos, pero se conformaron con muy poco. Todos los países de Sudamérica tienen a sus jugadores en Europa, donde se hacen más profesionales. Pero los de aquí vuelven a las dos semanas.
Cubillas, máximo ídolo de Alianza Lima y autor de más de 500 goles entre los clubes en los que estuvo (Basel, Porto y un paso extenso por la liga de Estados Unidos), suena algo frustrado. Su obra, su ejemplo, no terminó de prender en las nuevas generaciones de jugadores peruanos. Grandes talentos quedaron en el camino por falta de disciplina o carencia de continuidad y perseverancia. Justo los valores que el Nene siempre pretendió transmitir.
Todavía hoy Cubillas busca dar a conocer su mensaje. Da charlas de filosofía, su filosofía, en diferentes universidades de Perú. Contador de profesión, aunque nunca ejerció, el Nene habla de un camino que parece olvidado, el de pensar en el fútbol para ser cada día mejor ("Me siento un privilegiado por haber encontrado mi don"), pero también en crecer como persona, tirar los muros más allá de la pelota.
-¿Qué opina de la llegada de Gareca a la Selección de Perú?
-Me gusta opinar de las personas que conozco. Si bien es cierto que ha tenido logros a nivel equipos, hace su debut como técnico de la Selección. Le deseo la mejor de las suertes. Su gran objetivo es concientizar a los jugadores para que ellos maten por él.
-¿Tiene posibilidades Perú en la Copa América?
-Estoy convencido de que, si bien es cierto que se tiene que luchar contra el tiempo, porque la Copa América está a la vuelta de la esquina, las selecciones que Perú tendrá que enfrentarse han tenido muchos partidos de fogueo, como Brasil, Colombia y Venezuela.
-¿Lo de Perú es un problema de estructura? ¿Se puede cambiar?
-Es difícil. Ahora, la Selección regresó a cero en cuanto a su selección. Es un tema dirigencial, sin dudas. Había mucho disconformismo con el presidente de la Federación Peruana (Manuel Burga) porque los resultados no se daban y él estaba hacía mucho tiempo. La gente vivía más preocupada por su mandato que por el fútbol. Nadie le daba valor agregado al equipo.
-¿Guerrero puede volver a ser la figura del equipo, como lo hizo en la Copa América 2011?
-Seguro. Se viene destacando en Brasil. Espero que se recupere (en los últimos días, fue internado por dengue) y sea protagonista. Hay otros chicos que podrían ser figuras como Cueva (Christian, jugador de Alianza Lima), pero su presencia física no es tan buena.
-Se lo escucha informado y actualizado con lo que ocurre con el fútbol actual. ¿Ve muchos partidos?
-No dejo de mirar nada. La ventaja es que hoy está todo en la televisión. A mí me da tristeza ver la Champions League, que es un torneo fantástico, y luego nuestro campeonato local.