En partidos cómodos para el Real Madrid, como el de hoy ante Almería, Cristiano Ronaldo le presta mayor atención a lo individual, concretamente, a aumentar su registro goleador.
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Pero, ¿qué pasa cuando no puede anotar?, se frustra y lo demuestra con sus clásicos berrinches que de todas maneras no son bien vistos por la afición ni por sus compañeros.
Ello volvió a ocurrir ante Almería y se vio claramente en el tercer gol del Madrid, el de Álvaro Arbeloa. El defensor se le adelantó a Cristiano y este se quedó con las ganas de marcar.
Lo que es peor, le había pasado algo parecido en el segundo gol del Real. Toni Kroos le envió un centro, pero el defensor Mauro Dos Santos, en su intento de despejar, anotó en propia puerta.
No fue su partido, por lo que 'CR7', en la jugada de gol de Arbeloa, no encontró mejor manera para descargar su ira que patear muy enojado el balón y caminar de regreso a su campo, mientras sus compañeros celebraban.
Te preguntarás, ¿tanto enojo por no marcar? Para un tipo como Cristiano, que vive día a día con la meta de ser goleador es importante anotar.
Pero aún más cuando su 'archirrival', Lionel Messi, marcó un doblete un día antes y se puso a solo una diana (38) de alcanzarlo.