Gianni Infantino: "Vamos a recuperar la imagen de la FIFA, estarán orgullosos"

El suizo Gianni Infantino, en su primera comparecencia ante la prensa tras ser elegido presidente de la FIFA, aseguró que ya comienza a trabajar para recuperar la credibilidad de la institución, dijo que le gustaría que el secretario general no sea europeo y espera que durante su mandato, entre otras cosas, se concrete la primera Liga caribeña.

Infantino que, desde la conclusión del XI Congreso Extraordinario celebrado en Zúrich, ejerce como noveno presidente de la FIFA, dijo sentirse desbordado por las emociones y solicitó comprensión por dar una breve conferencia de prensa.

"Se van a sentir orgullosos de la FIFA y de lo que la FIFA va a hacer por el fútbol. Comienza una nueva era", recalcó Infantino, que también envió un mensaje a todos los trabajadores de la Federación Internacional. "Cuento con ellos".

"Vamos a trabajar con ahínco, para asegurarnos de que el fútbol vuelve a la FIFA y la FIFA vuelve al fútbol. Vamos a recuperar la imagen de la FIFA y queremos que todo el mundo se quede contento. Pero ahora mismo, estoy pasando por muchas emociones. Voy a necesitar tiempo para descansar y ser consciente de lo que ha sucedido", añadió.

Preguntado por cómo se imagina en 2020, destacó: "En 2020, no sé si seré presidente de la FIFA porque mi mandato concluye en 2019, pero para entonces lo que quiero es un desarrollo del fútbol en todo el mundo. Cosas concretas; una Liga Caribeña, academias de fútbol de base en África, niños jugando al fútbol en las escuelas en Oceanía, quiero ver al fútbol crecer en todo el mundo y que la gente nos vea como una organización que ayuda".

En ese sentido, volvió a reafirmar su intención de destinar 1.200 millones a proyectos de desarrollo. "Si la FIFA ingresa 5000 millones, no veo problema en dar 1200, porque se trata de invertir no de dar. Hay que tomar medidas donde sea necesario para reducir gastos, pero esto es fácil y viable, lo digo porque tengo experiencia. Los socios comerciales y los teledifusores tienen que volver a confiar en nosotros. Lo que conseguí en la UEFA lo demuestra, aumentamos los ingresos pese a la crisis financiera".

Además, negó que se haya producido una fractura en el fútbol europeo tras las elecciones. "No creo que el fútbol esté dividido. Se han celebrado unas elecciones, no una guerra. Y las elecciones se ganan o se pierden. Hay que trabajar juntos y pasar página. No soy un candidato europeo, soy un candidato del fútbol y el fútbol es universal. No se trata de política ni de divisiones", agregó. EFE

[PREVIA]

La elección a la presidencia de la FIFA irá a la segunda vuelta, después de que ninguno de los cuatro candidatos obtuviera dos tercios de los votos en la primera ronda, terminando Gianni Infantino con 88, el jeque Salman 85, el príncipe Ali 27 y Jerome Champagne.

Con 207 federaciones votantes, hacían falta 138 para que el nuevo presidente fuera elegido en la primera ronda y 104 (la mayoría simple) en caso de segunda vuelta. Los cuatro candidatos en liza irán a esa segunda votación, después de la retirada del sudafricano Tokyo Sexwale antes del primer escrutinio.

[PREVIA]

La votación para la elección de nuevo presidente de la FIFA, para suceder a Joseph Blatter, comenzó este viernes en Zúrich hacia las 7 y 50 de la mañana (hora peruana), con 207 federaciones, de las 209, autorizadas a participar en el escrutinio en el que luchan cuatro candidatos.

El sudafricano Tokyo Sexwale se retiró justo antes del escrutinio. Gianni Infantino, número dos de la UEFA, y el jeque bahreiní Salman, presidente de la Confederación Asiática, son los dos favoritos. El príncipe jordano Ali y el francés Jerome Champagne están distanciados en las intenciones de voto. 

Las federaciones de Indonesia y Kuwait, suspendidas, no participan.

La votación comenzó por orden alfabético por Albania y Argelia.

Con 207 votantes, hacen falta 138 (los dos tercios de los sufragios) para ser elegido en la primera ronda y 104 (la mayoría simple) en caso de segunda vuelta.

El nuevo presidente tendrá como misión restaurar la imagen y la credibilidad de la FIFA, sumida en la peor crisis de su historia, sobre un fondo de corrupción a gran escala.