Para muchos, Hansi Flick era un desconocido al principio de la temporada. Pero diez meses después se ha convertido en una leyenda para el Bayern Munich, al que ha conducido al segundo triplete Bundesliga-Copa de Alemania-Liga de Campeones de su historia.
Antes que Flick, únicamente un hombre había logrado un éxito tan importante con el gigante bávaro, Juup Heynckes en 2013. Pero en ese caso se trataba de un entrenador de prestigio y de larga trayectoria.
El caso de Flick, ganar la Liga de Campeones en su primera temporada en el banquillo, sin experiencia de entrenador en primera división en una gran liga, le equipara además a emblemas como Josep Guardiola o Zinedine Zidane, que hicieron campeones de Europa al Barcelona (en 2009) y al Real Madrid (en 2016) pese a su inexperiencia en los banquillos.
Pero tanto Guardiola como Zidane tenía a su favor su pasado como jugadores de primera fila.
Flick (55 años) no tiene ese estatus, pese a que también fue futbolista, en el Bayern y el Colonia principalmente. Su éxito como entrenador se ha construido sobre todo gracias a su carisma como líder del vestuario, a su lucidez, su tranquilidad y su obsesión por la excelencia.
Su llegada al puesto fue improvisada. Había aterrizado en agosto para ser adjunto de Niko Kovac, pero fue elevado a entrenador interino en noviembre, cuando el croata fue despedido por el mal arranque de curso del Bayern.
En principio iba a estar unos partidos en el puesto, mientras los dirigentes del Bayern contrataban al sucesor idóneo. Pero victoria a victoria, les convenció de dejarle terminar la temporada.