Messi agranda su historia. El Barcelona dejó atrás la gran decepción del jueves pasado, tras perder toda opción por revalidar el título de Liga y aprovechó la falta de tensión de un adversario con los deberes hechos para lograr una goleada y alimentar su autoestima.
En un encuentro jugado con muchísimo calor, con una temperatura superior a los 30 grados, el Barcelona endosó un severo correctivo a un Alavés apático y sin fuelle en este final liguero.
Los de Setién realizaron una exhibición en una primera mitad en la que estrellaron tres balones contra los palos de la portería de Roberto y marcaron tres goles.