Tras firmar su nuevo contrato con el Barcelona, el colombiano Yerry Mina se enfundó por vez primera la zamarra azulgrana ante 8.552 aficionados culés, muchos de ellos de su país natal, que llenaron de ritmo la tribuna del Camp Nou.
El exjugador del Palmeiras, cuyo fichaje por la entidad catalana se anunció el pasado jueves, dio sus primeros toques en el tapete verde del estadio azulgrana ante una nutrida representación de la comunidad colombiana residente en Barcelona.
Su primer contacto con el césped del Camp Nou fue poco ortodoxo. Fiel a uno de sus rituales, pisó el terreno de juego descalzo, santiguándose y señalando el cielo.
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Ya con las botas puestas, dio unos toques con el balón, compartió un rondo, el popular ejercicio de entrenamiento del Barcelona, junto a unos niños de las categorías inferiores y posó con el nuevo automóvil que le ha regalado uno de los patrocinadores de la entidad.
En la grada, muchos aficionados colombianos con banderas azulgranas y tricolores dieron la bienvenida al central, que dedicó más de diez minutos saludando a los asistentes desde el césped.
Yerry saltó al campo con una camiseta azulgrana con su nombre (Y. Mina) a la espalda, pero sin dorsal, que podría ser el '14' si finalmente el argentino Javier Mascherano abandona el club en este mercado de invierno.
Antes, se vistió de corto en el vestuario del Camp Nou. Yerri ocupará la misma taquilla de jugadores como Marc Overmars o Maxi López, entre otros.
Tras la presentación, los alrededores del Camp Nou fueron una fiesta. Música, bailes y mucho ritmo entre los aficionados para celebrar la llegada del primer colombiano que jugará en el Barcelona.