Se le podría llamarle como una luz al final del túnel, última esperanza o quizá as bajo la manga. En su lucha por hallar su inocencia Paolo Guerrero está dispuesto a todo.
Y si tiene que encontrarla en la misma oficina del presidente de la FIFA pues lo hará. El capitán se reunirá con Gianni Infantino en la posbilidad latente que se le pueda perdonar la sanción, aunque también buscando otros caminos que lo acerquen a Rusia.
¿Paolo Guerrero todavía podría jugar el Mundial? a decir de los entendidos hay dos posibilidades, una más que complicada de la otra, pero posibilidades al fin.
La primera tiene que ver con que la FIFA le conceda el indulto o la amnistía. La idea es alentadora aún cuando es un menester, revisar el Código Disciplinario de la FIFA y ver que en el artículo 33 donde se habla de la suspensión parcial de una sanción, dice en su inciso 6: en los casos de infracciones de las normas antidopaje, eso es no aplicable.
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Pero hay otra vía que perseguir y dentro de todo sería la menos complicada sería acceder al Tribunal Federal Suizo.
Es la Corte Suprema Suiza y tiene la capacidad de revisar en última instancia los fallos regidos por algún tribunal en su país haya resuelto. Vale decir podría reconsiderar lo que el TAS dispuso en el caso Guerrero, darle nulidad algo que podría demorar mucho tiempo o quizá suspender la resolución cautelarmente si es que encontrara un vicio por eso y así Paolo pueda estar en Rusia.
La Comisión Nacional Antidopaje no ve por dónde este recurso pueda prosperar. Precisamente, que el puente llamada Infantino con todo el poder de la FIFA puede ayudar no a través de una presión al Tribunal pero sí quizá promoviendo la imagen limpia del jugador.
Por la que ya la FIFPro ha abogado. Estos son los caminos y los cartuchos que Guerrero ha decidido quemar por la selección, por el Mundial, pero sobre todo por él.
Tras el frustado papel de sus abogados ante el TAS que esta semana Gareca supo lamentar.