25 Setiembre 2014

Nana se gana la confianza de la familia para robar

Conseguir una nana que se encargue del cuidado de los hijos pequeños puede ser un verdadero reto. Más aun considerando que, como hicieron estas familias, cualquiera puede abrirle las puertas de su casa, sin tener la menor sospecha, a una delincuente hábil en ganarse la confianza de sus patrones y experta en desvalijar residencias en el momento menos pensado.

Cuando a su madre le detectaron cáncer, Hilda Medina Espino no tuvo otra alternativa que buscar una nana que se encargue de cuidar a sus hijos menores mientras ella se dedicaba de los cuidados de su mamá en la clínica donde estaba internada. Para ello acudió a esta agencia de empleos ubicada en la avenida Angamos en Surquillo.

La agencia le envió a Hortencia Consuelo Barrera Cotrina, una aparentemente hacendosa mujer de 40 años que inmediatamente se ganó la confianza de la familia.

Pero una de sus estrategias más importantes consiste en ganarse a los pequeños de la casa. En todas las casas que desvalijó, se había convertido en la nana preferida de los niños. Pero poco tiempo después de su llegada, Hilda notó que algo andaba mal. Sus hijos empezaron a bajar de peso y luego a quejarse de que la nana no los alimentaba bien. Primero desaparecían alimentos, pero poco a poco empezó a desaparecer la ropa.

El robo era sistemático y las cosas desaparecían paulatinamente sin que la familia apenas lo note. La madre de Hilda estaba en la clínica con cáncer terminal y no estaban muy pendientes de la nana. Pero la ladrona estaba esperando el momento preciso para llevar a cabo su último gran golpe: el día del entierro.

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