Síntomas de la neumonía que indican una emergencia médica

La neumonía es causada por el neumococo, una bacteria que puede propagarse desde nuestras fosas nasales hacia los pulmones y llegar a las meninges, produciendo enfermedades como la otitis media aguda, neumonía, Bacteremia y meningitis, siendo estas últimas las de mayor severidad y letalidad en niños menores de 5 años.

La infección por neumonía se produce en uno de los pulmones, o ambos, y causa inflamación y acumulación de líquido.

¿Cuáles son los síntomas?

Los signos y síntomas de la neumonía varían de moderados a graves y dependiendo de varios factores, como el tipo de germen que causó la infección, edad y salud en general. Los signos y síntomas moderados suelen ser similares a los de un resfrío o una gripe, pero duran más tiempo.

Los signos y síntomas de la neumonía pueden incluir lo siguiente:

• Dolor en el pecho al respirar o toser.
• Desorientación o cambios de percepción mental (en adultos de 65 años o más).
• Tos que puede producir flema
• Fatiga.
• Fiebre, transpiración y escalofríos con temblor.
• Temperatura corporal más baja de lo normal (en adultos mayores de 65 años y personas con un sistema inmunitario débil).
• Náuseas, vómitos o diarrea.
• Dificultad para respirar.

¿Cuándo deberías llamar al médico o acudir a emergencias?

Si tienes alguna señal o síntoma de neumonía, pero en especial si presenta los siguientes síntomas:

• Problemas para respirar o respiración demasiado rápida.
• Color azulado o gris en los labios o las uñas de las manos.
• Fiebre de 38.9 °C o superior a 38 °C en bebés menores de 6 meses

¿Cómo prevenir la neumonía?

La OMS ha considerado la prevención del neumococo a través de la vacunación como una estrategia de reducción de la mortalidad infantil, pero también es importante que la población en general pueda acceder a esta vacuna.

¿Quiénes deben recibir la vacuna contra la neumonía?

• Niños de 2, 4 y 12 meses.
• Niños de 12 a 23 meses que no recibieron el esquema regular.
• Niños de 2 a 4 años con comorbilidad (nefropatías, cardiopatías, diabetes, hemoglobinopatías, infección por VIH, Síndrome de Down, cáncer, etc.) que no recibieron vacunación previa.
• Personas de cualquier edad con factores de riesgo (enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, obesidad, asma, enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia renal crónica, enfermedad o tratamiento inmunosupresor, entre otros).
• Mayores de 60 años.
• Poblaciones vulnerables (nativas, privados de la libertad, albergues, hogares de ancianos, orfanatos, zonas de friaje, indigentes, etc.).
• Personal de salud.