Hoy:

    ¿Por qué a tu hijo no le gusta bañarse?

    ¿Qué hago si mi hijo no quiere bañarse? Una psicóloga te explica que se esconde detrás de estas actitudes en la falta de higiene y cómo deben actuar los padres

    ¿Cuando mi hijo no quiere bañarse qué significa?
    ¿Cuando mi hijo no quiere bañarse qué significa?

    Por lo general, el evitar bañarse puede parecer ocurrente en niños pequeños, pero también sucede en un gran número de adolescentes y las razones son totalmente diferentes. El rechazo a la higiene puede ser una señal de alerta para los padres, en términos psicológicos.

    ¿Por qué mi hijo no quiere bañarse?

    En esta etapa de la vida, los adolescentes experimentan grandes cambios físicos, hormonales y emocionales, lo que puede impactar en sus necesidades, interés y prioridades. Por ello, es importante la observación de los padres.

    Mary Castro, psicóloga de la Clínica Ricardo Palma, señala que son varios los motivos por los que un púber decide no ducharse a diario, desde pereza, rebeldía hasta depresión y baja autoestima.

    Los padres deben tomar atención al estado de ánimo y humor de sus hijos; ya que un descuido en sus hábitos de higiene y arreglo personal puede ser síntoma psicológico que requiera buscar ayuda profesional.

    ¿Qué hago si mi hijo no quiere bañarse y muestra un rechazo por su higiene personal?

    De acuerdo a Castro, si nota que su hijo adolescente está adquiriendo nuevos hábitos de higiene que no son los mejores, tome en cuenta las siguientes recomendaciones: 

    1. Mantenga la calma y converse con su hijo sobre la importancia de ducharse

    Explicarle que la higiene previene el desarrollo de infecciones en la piel, conjuntivitis, problemas gastrointestinales, entre otras afecciones. Además, es necesario mencionar que en la adolescencia el cuerpo sufre una serie de cambios por lo que “eso de echarse colonia para disimular el olor corporal no funciona” y hay que bañarse.

    2. Evite las etiquetas

    No use adjetivos para calificar su falta de higiene, lo único que conseguirá es empeorar la situación. Si le dice que es un “apestoso” o “cochino” terminará sintiéndose como tal, lo que puede dañar su autoestima y confianza.

    “Dígale que si insiste con la importancia del aseo y arreglo personal no es para que se moleste, sino porque es importante para su salud física y mental”, indica Castro.

    3. Establezca una rutina de actividades

    De esta manera, el momento del aseo solo es una de las cosas que debe hacer a lo largo del día y no es lo único que debe hacer. Puede preguntarle si prefiere bañarse en la mañana para ir fresco al colegio; en la tarde después de clases para recargarse de energía; o en la noche para relajarse y dormir profundamente.

    4. Proponga cambios progresivos

    Incremente poco a poco la cantidad de veces que su hijo deba bañarse a la semana. Establezcan acuerdos, dígale que confía en su palabra y si no cumple, tendrá consecuencias.

    5. Haga un seguimiento y monitoreo

    Es crucial la observación respetuosa y la comunicación en confianza, ya que al ser un adolescente es normal que sea inestable y/o que tenga cambios de humor, pero aquello también puede ser síntoma de depresión, entre otras condiciones.

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