Estado Islámico: se cumple un año de salvajismo en el Medio Oriente
Cristianos, chiíes, homosexuales, miembros de al-Qaeda, kurdos, militares sirios, iraquíes y varias docenas de occidentales son parte de los miles de muertos que va dejando el avance de los yihadistas.
Hace un año Abu Bakr al-Baghdadi se separaba de al-Qaeda y era proclamado y califa de todos los musulmanes. Desde ese momento, el Estado Islámico de Irak y Siria manifestaba que todos los emiratos, grupos y organizaciones tenían nula legalidad tras la autoridad del califa y sus tropas.
El mundo es testigo que para intentar lograr este desquiciado plan han recurrido a un nivel de violencia y sadismo no visto desde los horrores de la Guerra Mundial.
Cristianos, chiíes, homosexuales, miembros de al-Qaeda, kurdos, militares sirios, iraquíes y varias docenas de occidentales son parte de los miles de muertos que va dejando el avance del Estado Islámico que ya controla casi la mitad de Siria y gran parte de Irak.
Símbolo característico de sus conquistas son las abominables ejecuciones que suele realizar el grupo, supuestamente inspirados en una interpretación totalmente corrupta del Corán.
Las mortificaciones que acompañan las matanzas son adornadas enfermizamente con un despliegue audiovisual insólito para los grupos extremistas. Los monumentos construidos previos al islam también han sido víctima de su insania destructiva.
Estatuas del siglo VI antes de Cristo y varias joyas arqueológicas no existen más. Además, la ciudad de Palmira, considerada patrimonio cultura de la humanidad, corre el mismo riesgo.
En tanto, una nueva coalición conformada por Estados Unidos y otros países árabes bombardean incesantemente las bases del Estado Islámico, pero hasta el momento muestran ser inefectivos ya que el grupo yihadista sigue avanzando.