¿Por qué tus ojos se ponen rojos al salir de la piscina?
¿Creías que tus ojos se ponen rojos por el cloro en el agua? Los especialistas te explican cómo saber cuándo una piscina no se encuentra tan limpia a pesar de que, incluso, huelas a cloro
En más de una ocasión, uno puede observar cómo los ojos se tornan rojos tras el uso de la piscina y se cree que es la cantidad de tiempo dentro del agua o incluso por el cloro que contiene. Sin embargo, estos casos también están asociados a otras causas.
¿Por qué los ojos se ponen rojos luego de usar la piscina?
De acuerdo al portal especializado en oftalmología, Oftalvist, más allá del exceso de cloro, existe otro elemento desagradable. Lo que causa irritación de los ojos es la presencia de cloraminas, es decir, orina y sudor en el agua.
Este es un compuesto químico se produce rápidamente cuando el cloro entra en contacto con otros compuestos o elementos ricos en nitrógeno, como la orina y el sudor.
Además, si bien el cloro se agrega al agua de las piscinas para eliminar cualquier bacteria, el olor también es un indicador de la presencia de cloraminas:
“El olor característico del cloro no es tan fuerte como cuando queda mezclado con la orina. El olor por tanto es una buena señal para identificar la alta concentración de cloramina”, señalan.
¿El cloro en las piscinas no causa irritación en los ojos?
El cloro es un producto químico con gran capacidad para destruir microbios y es necesario para proteger la ocular de microorganismos, pero también puede causar irritación.
“Todo ello (cloro) puede alterar la película lagrimal y generar una puerta de entrada para inflamaciones e infecciones oculares”, indica María Knight, oftalmóloga, para CuídatePlus.
Asimismo, el epitelio corneal en la superficie de los ojos, un tipo de recubrimiento mucho más delicado es el que está más expuesto a posibles agresiones químicas, como constante exposición al agua con cloro.
¿Cómo evitar que los ojos se pongan rojos tras usar la piscina?
Los expertos recomiendan limitar el tiempo de exposición y no abrir los ojos bajo el agua, ducharse antes y después de salir de la piscina, así como también evitar frotarse los ojos en caso de notar picazón. Si la irritación persiste lo mejor será acudir a un oftalmólogo.