¿Cómo calmar tus nervios y miedo antes de hablar en público?

Si eres de los que le tiemblan las manos o suda de nervios antes de exponer en una clase o dictar una charla, existen recomendaciones que pueden ayudarte a superar tu miedo a hablar en público.

Tips para hablar en público

El portal Huffington Post menciona que existen formas para calmar los nervios antes de dar un discurso ante un grupo de gente:

1. Haz ejercicios: los aeróbicos reducen el estrés del organismo.  

2. Relájate: sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.  No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. 

3. No controles al pie de la letra lo que vas a decir: “el motivo por el que sale mal un discurso, es por prestarle mucha atención a los detalles", refiere la psicóloga Sian Beilock.  En ese sentido, recomendó pensar en las tres ideas clave para transmitir en tu mensaje. 

Con esto, podrás concentrarte en el resultado de lo que intentas decir en vez de en "cada palabra que salga por tu boca".

4. Lee mensajes positivos: puedes llevar contigo, en tu bolso o billetera, pensamientos o frases como: "Lo tengo controlado", "No tengo que demostrarle nada a nadie" o "Soy suficiente".  Antes de salir, léelas para ti mismo.

5. Céntrate en transmitir las ideas, no en quedar bien: puedes centrarte en transmitir por qué es importante para el equipo o para los clientes que des ese discurso y "qué es lo que hay en juego para la gente".

Si te empieza a invadir el terror, una experta recomienda esta técnica física para no distraerte.

"Siente tus pies en el suelo y observa tu alrededor.  Encuentra algo en el escritorio que te guste y préstale atención.  Lo que quieres es volver al presente, no proyectarte hacia el futuro", comenta Amanda Hennessey, fundadora de Boston Public Speaking.

6. Transforma tus nervios en emoción: prueba aceptar tus manos sudorosas como signo de emoción.  El modo en que piensas en tu ansiedad puede cambiar la forma en que te desenvuelves bajo sus efectos.

Antes de decir tu discurso, puedes decirte a ti mismo: "estoy tranquilo" o "estoy emocionado".  Esta técnica fomenta la emoción y te anima a concebir el reto como una oportunidad, mientras que obligarte a calmarte te hace verlo como una amenaza.