¿Cuáles son los efectos de los gases lacrimógenos en nuestro cuerpo?
Los síntomas pueden ser agudos o severos y se manifiestan a los 20 o 30 segundos de la exposición a los gases
En varias ciudades de todo el Perú se reportan manifestaciones en contra de la asunción de mando del presidente Manuel Merino. Efectivos de la Policía Nacional hacen uso de los gases lacrimógenos para dispersar a las personas durante las protestas. ¿Cuáles son los efectos de este tipo de arma química?
El gas lacrimógeno contiene clorobenzilideno malononitrilo y es un arma incapacitante no letal que tiene efectos sobre la salud, algunos son inmediatos y todo dependerá de qué tan expuesta se encuentra la persona.
¿En cuánto tiempo se manifiestan los síntomas y cuáles son sus efectos?
Un artículo de la BBC Mundo señala que los síntomas empiezan unos 20 o 30 segundos después de la exposición y se estima que el área de dispersión de una bomba va desde los 60 a los 300 metros cuadrados.
En una reevaluación epidemiológica del gas publicada en 2016 en la revista Annals of the New York Academy of Sciences se exponen en detalle cómo el gas afecta a cada parte del cuerpo:
- Los efectos sobre la piel incluyen: picor, ardor, enrojecimiento y potencialmente dermatitis alérgica por contacto y ampollas.
- La exposición ocular puede resultar en lagrimeo, parpadeo involuntario, picor y sensación de ardor.
- Cuando se inhala, el gas suele causar tos, sensación de ahogo, salivación y opresión en el pecho.
Según la revista científica BBC Focus, en particular los gases afectan a los canales iónicos que están presentes en los nervios sensoriales de la nariz y el rostro. Estos canales son proteínas que actúan como compuertas frente a los estímulos.
Y la estimulación excesiva de esos nervios provoca una producción repentina de lágrimas y mocos, así como dolor urticante.
Normalmente estos síntomas se alivian unos 10 minutos después de que la persona respira aire limpio.
¿Cuáles son los efectos ante una alta exposición a los gases?
Una gran exposición al gas lacrimógeno, por concentración o cercanía, puede causar vómitos, diarrea, quemaduras en la piel y daños oculares graves, como edema estromal de la córnea o un desgarro conjuntival, entre otros males.