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10.02.2017

El 'Cristo de lo Robado' que Odebrecht le donó al expresidente Alan García

"Odebrecht, fuera del país", "Alan Culpable", son algunos escritos que se leen en la base de la estatua blanca cubierta del ollín típico de la contaminación limeña

Usuarios en redes sociales califican la obra arquitectónica como un monumento a la corrupción

Mide 37 metros y emula al Cristo de Corcovado de Rio de Janeiro. El monumento Cristo del Pacífico fue donado por Odebrecht al Perú, país donde pagó millonarios sobornos para ganar obras públicas, y que ahora tiene a tres expresidentes al borde de la crucifixión.

"Es un Cristo similar al de Corcovado, al que he denominado Cristo del Pacífico. Congregué un grupo de amigos y empresas y también he puesto mis ahorros, porque quisiera que sea una figura que bendiga al Perú", decía conmovido en 2011 el entonces presidente Alan García (2006-2011), a poco de dejar su mandato.

El Cristo demandó una inversión de más de 800 mil dólares y fue financiado mayoritariamente por Odebrecht. García donó 30 mil dólares de sus recursos. En aquellos momentos la constructora brasileña se aprestaba a inaugurar la Línea 1 del Metro de Lima, una obra por la que, hoy se sabe, pagó 7 millones de dólares en sobornos para ganar la licitación.

"Odebrecht, fuera del país", "Alan Culpable", son algunos escritos que se leen en la base de la estatua blanca cubierta del ollín típico de la contaminación limeña. A un lado está aún el altar de cemento donde el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, inauguró el Cristo.

Ubicado en lo alto de un cerro y muy poco visitado, salvo en Semana Santa, el monumento no exhibe placa alguna que señale que fue una donación de Odebrecht, empresa en el centro de un escándalo de corrupción que abarca a Brasil y la mayor parte de los demás países de América Latina.

- "Cristo de lo Robado" 

Algunos llaman a la estatua como el "Cristo de lo Robado" y la califican como un monumento a la corrupción.

En las redes sociales, muchos usuarios han pedido que sea derribado, aunque se trata de una opción poco probable en un país de fuerte arraigo católico como el nuestro.

 

 

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