¡Buen provecho, al desnudo! Abre el primer restaurante nudista de París
Antes de sentarse no se deja solo el abrigo. Para comer aquí hay que desvestirse por completo
O'Naturel, el primer restaurante nudista en París, abrió sus puertas a inicios de noviembre. Detrás del proyecto están dos gemelos de 42 años, exempleados en el mundo de los seguros y que no practican el nudismo.
“Empezamos a pensar en esto hace aproximadamente un año, porque escuchamos hablar del espacio naturista del bosque de Vencennes. Nos dijimos: ‘está viniendo, se está hablando’, sentíamos una demanda. Y pensamos que no solo se es naturista en verano, tiene que haber una oferta a lo largo del año”, dijo Mike Saada, cofundador del restaurante.
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El menú, de entrada, plato y postre, cuesta 49 euros. Un precio un poco elevado pero que no asusta a los curiosos. Como estos militantes de la causa naturista, que decidieron probar juntos el lugar.
“Estamos en el corazón de París, son casi las 10 de la noche, estamos en un restaurante, ¡desnudos! ¡Es exactamente como si estuviéramos de vacaciones! ¡Salvo que se come mejor que en vacaciones!”, dijo Yves Leclerc, vicepresidente de la Federación Francesa de nudismo.
“Es verdad que tenía un poco de dudas al principio, pero ¿por qué no? ¡Y está muy bien!”, dijo Dominique Legrand, profesora jubilada.
A diferencia de la playa, las sillas están cubiertas de fundas negras, que son cambiadas para cada cliente. El personal sirve las mesas con ropa, como obliga la ley.
Otra consigna del lugar: evitar los clientes indeseables.
“Cuidamos que el establecimiento sea respetuoso, respetado. Y que no se confundan porque hay desnudez. Que haya desnudez no quiere decir que haya sexualidad”, dijo Stéphane Saada, cofundador del restaurante O’naturel.
Visto desde afuera, es difícil darse cuenta de la existencia del restaurante, instalado junto a una guardería infantil. Pero los vecinos ya se han enterado.
"No tengo nada contra el nudismo en la playa. Pero comer desnudo con otra gente, no le veo el interés", dijo un ciudadano. "No me molesta. No iría, pero no me molesta", dijo otro.
De hecho, las reservas son constantes: parejas heterosexuales, homosexuales y hasta un cuerpo de bomberos, pero sólo los militantes de la causa se animaron a salir en cámara. (AFP)