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22.02.2016

Hombre mandó a matar a la madre de sus tres hijos pero sicarios le perdonaron la vida

Balenga Kalala y Noela Rukundo. (Vía: BBC)

Los asesinos le dijeron que no mataban a mujeres ni a niños y le dieron suficientes pruebas para incriminar al marido

Noela Rukundo debería estar muerta porque su marido envió a unos sicarios a terminar con su vida; sin embargo, no llegó a suceder y ella pudo darle la cara al hombre que firmó su contrato de asesinato.

Esta inédita historia ya ha dado la vuelta al mundo. Todo empezó cuando Noela viajó desde su natal Burundi (África) desde Australia para asistir al funeral de su madrastra. Angustiada por la pérdida, se retiró a la habitación de su hotel cuando sonó su teléfono

Era su marido, quien se había quedado en Australia junto a los tres hijos de de la pareja. Balenga Kalala le sugirió que saliera a dar un paseo para aliviar el sofocante calor de Burundi. 

"No sospeché nada. Simplemente pensé que estaba preocupado por mí", relata para la BBC.

TERROR PURO

Sin embargo, poco después de alejarse del hotel, un hombre se aproximó hacia ella y la amenazó con matarla si gritaba. Noela calló y el sujeto la guió hasta un auto donde la estaban esperando otros dos hombres armados. Le cubrieron la cabeza y la condujeron hasta un edificio donde la ataron a una silla. 

Balenga Kalala mandó a matar a la madre de sus tres hijos. (Vía: BBC)

 

Los secuestradores le confesaron que era su marido quien los había contratado para matarla. Ella no lo creyó, entonces lo llamaron por teléfono en ese momento. "Ya la tenemos", le dijeron. "Mátenla", contestó él. Era la misma voz que hace solo unas horas la había consolado por la muerta de su madrastra. 

Sin embargo, el sicario le perdonó la vida. "No matamos a mujeres o a niños", explicó. "Me dijo que había sido estúpida porque mi marido les había pagado el depósito en noviembre. Y yo llegué a África en enero. '¿Cómo pudiste ser tan estúpida de no darte cuenta de que algo iba mal?', me dijo". 

Noela sabía que su esposo violento, pero jamás en toda una vida se imaginó que podría llegar a matarla. Los sicarios, al contrario, le advirtieron que a la próxima sí podría morir así que le entregaron las pruebas necesarias con las que podría incriminar a su marido. 

REGRESO A AUSTRALIA

Tres días mas tarde de la horrible experiencia, Noela regresó a Melbourne. Para esto, Kalala se había encagargado de informar a todos sus amigos y familiares que su esposa había muerto en un trágico accidente. Es más, cuando llegó vio a personas de luto junto a su esposo.

Noela se presentó por sorpresa.

"Me detuve delante de él, mirándole. Estaba asustado, no se lo podía creer".
Entonces, comenzó a caminar hacia mí, despacio, como su estuviera caminando sobre cristales rotos.

"Hablaba consigo mismo y, cuando me alcanzó, tocó mi hombro y saltó. Dos veces. Y dijo: 'Noela, ¿eres tú?' Después exclamó: '¡Siento todo lo que ha pasado!'".

Esto no impidió que la mujer iniciara acciones legales contra el hombre, quien pidió disculpas y explicó que tomó esta decisión por celos, creyendo que su esposa lo iba a dejar por otro hombre.

El 11 de diciembre, Balenga Kalala fue declarado culpable y condenado a nueve años de prisión.

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