Los kurdos: ¿quiénes son, por qué Estados Unidos los abandonó y por qué los ataca Turquía?
Los kurdos fueron aliados clave de EEUU para vencer al EI en Siria, pero una decisión de Trump hizo que queden a merced de Turquía. Esto es lo que debes saber sobre el conflicto en Medio Oriente
Los combatientes kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) han sido siempre socios circunstanciales de Estados Unidos, que intenta salvar su histórica y muy debilitada alianza con Turquía, señalan funcionarios estadounidenses y expertos. Las fuerzas estadounidenses desplegadas en el noreste de Siria recibieron la orden de abandonar el país, sacándole de hecho a los combatientes kurdos la protección contra una ofensiva turca.
Cuando se le preguntó el lunes sobre las reacciones de los soldados estadounidenses en el terreno que habían expresado decepción y vergüenza por abandonar a sus aliados kurdos en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), el secretario del ejército estadounidense Ryan McCarthy respondió: "Hay que tomar el tiempo para explicar a nuestros soldados la complejidad de la situación".
Conflicto Turquía vs. kurdos
El conflicto entre los kurdos, que quieren autonomía, y Turquía, que los considera terroristas, es viejo, aseguró durante una conferencia de prensa. Cuando dos socios estadounidenses tienen intereses en conflicto, "hay que tomarse el tiempo para explicar la diferencia entre (las relaciones con) los soldados y las elecciones que tenemos que hacer a nivel nacional", dijo.
McCarthy reconoció así implícitamente lo que muchos oficiales militares estadounidenses habían dicho durante mucho tiempo en privado: entre Turquía, país miembro de la OTAN que alberga bases estratégicas estadounidenses, y la minoría kurda siria, que se ha beneficiado de sus victorias militares contra el EI para controlar parte del territorio sirio, Washington no duda.
El presidente estadounidense, Donald Trump, "ha decidido que Turquía es mucho más importante que los kurdos", dice Joshua Landis, un experto en Siria de la Universidad de Oklahoma. "En última instancia, no creo que sea solo una decisión de Trump: Estados Unidos ve a Turquía como mucho más importante para sus intereses", agrega. Y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, "entendió que, cuando llegara el momento, Estados Unidos no declararía la guerra a Turquía por los kurdos".
Bases estadounidenses
De hecho, el ministro de Defensa estadounidense, Mark Esper, que arremetió el lunes contra los actos "irresponsables" y "atroces" de Turquía en el noreste de Siria, solo pudo ordenar la retirada de los 1.000 soldados estadounidenses desplegados allí.
Hizo hincapié en que las relaciones entre los dos países estaban "contaminadas" y anunció que pediría a otros aliados de la OTAN "medidas" para castigar a Ankara. Pero, por ahora, la alianza militar con Turquía no parece amenazada.
Según el centro de investigación American Security Project, Estados Unidos almacena 50 bombas nucleares en la principal base estadounidense en Turquía, en Incirlik (sur). Esta base aérea, que Washington utiliza desde la Guerra Fría y es hogar de unos 2.500 soldados estadounidenses, ha sido muy útil para las operaciones contra el EI y sirve como cabeza de lanza para actividades militares estadounidenses en toda la región.
El problema, dijo el pasado fin de semana Steven Cook, del Consejo de Relaciones Exteriores, es que Ankara considera a las Unidades de Protección Popular (YPG), la principal milicia kurda siria, como "indisolublemente vinculadas con un grupo turco kurdo" llamado Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK (…) que lleva a cabo una campaña terrorista contra Turquía desde mediados de los años 1980". "Los turcos se encolerizaron al ver a los estadounidenses aliarse con las YPG/PKK", agregó. "Las relaciones con las YPG se deben a las circunstancias".
De hecho, fue Estados Unidos que sugirió a las YPG que cambiaran su nombre cuando decidieron unirse a los combatientes kurdos contra los yihadistas del EI en 2015, y un video del comandante de las fuerzas especiales estadounidenses, el general Raymond Thomas, contando este episodio, ha resurgido en los últimos días en las redes sociales.
"Les dijimos literalmente: deben cambiar su marca", dice Thomas, interrogado sobre esos nuevos aliados en una conferencia del Instituto Aspen, en julio de 2017. "Dijeron FDS y pensé que era brillante que pusieran la palabra democracia. Les dio un poco de credibilidad", agregó.
AFP
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