Dilma Rousseff: Senado de Brasil decide hoy si la suspende o no
Sondeos coinciden en que la oposición ya tiene votos suficientes para concretar esta medida
El Senado de Brasil se dispone a suspender este miércoles a Dilma Rousseff para someterla a un juicio político por maquillaje de las cuentas públicas, en una histórica jornada que puede convertirse en el último día de su mandato, informó la AFP.
Los sondeos coinciden en que la oposición ya tiene votos más que suficientes para apartar por seis meses del poder a la primera mujer presidenta de Brasil, una exguerrillera de 68 años que gobierna la mayor economía latinoamericana desde 2011 y que acusa a su vicepresidente Michel Temer de orquestar un "golpe moderno" en su contra.
[LEE: Brasil: gobierno arriesga maniobra de último minuto para salvar a Rousseff]
El pleno de 81 senadores comenzará a sesionar a las 09h00 (12h00 GMT) para decidir si la presidenta debe ser sometida a un juicio político por haber cometido un "crimen de responsabilidad" al utilizar préstamos de bancos estatales para tapar agujeros del presupuesto durante su campaña a la reelección de 2014 y en 2015.
La presidenta aduce que gobernantes de la oposición que la precedieron practicaban las mismas maniobras fiscales y que no cometió ningún "crimen de responsabilidad", un cargo que puede ser castigado con el impeachment según la Constitución.
Si el Senado obtiene los 41 votos necesarios para juzgarla, Rousseff será apartada de la presidencia durante la duración del proceso, por un máximo de 180 días.
Temer, un exaliado del gobierno al que Rousseff acusa de traición, asumirá la presidencia de forma interina. Y si Rousseff es finalmente declarada culpable, Temer quedará al frente del país hasta 2018, fin previsto de su mandato.
La Cámara de Diputados ya aprobó el impeachment a mediados de abril por una abrumadora mayoría.
"El último día de mi mandato es el 31 de diciembre de 2018", dijo Rousseff el martes de noche, ante miles de fervientes simpatizantes.
"Voy a luchar (contra la destitución) con todas mis fuerzas, usando todos los medios disponibles, medios legales, medios de lucha", prometió esta exguerrillera, torturada y encarcelada durante la dictadura militar (1964-1985).
La batalla por la destitución de la impopular presidenta alcanza su auge a menos de tres meses de los Juegos Olímpicos en Rio de Janeiro, cuando Brasil atraviesa una recesión que se anticipa como la peor en un siglo y avanza en la mayor investigación por corrupción de su historia, enquistada en Petrobras, con decenas de políticos y poderosos empresarios en la mira.
Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) fundado por su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva, cuenta apenas con el 10% de apoyo de la población en medio de una contracción económica que el año pasado alcanzó el 3,8% del PIB, un creciente desempleo y una inflación de casi dos dígitos. Millones de brasileños se han volcado a las calles a pedir su salida.