Adolescentes kurdos denuncian haber sido torturados por el Estado Islámico durante cautiverio
Los estudiantes le dijeron a HRW que los yihadistas los golpeaban y obligaban a ver decapitaciones.
Cuatro adolescentes de los 153 kurdos que fueron secuestrados por el grupo Estado Islámico en mayo pasado en el norte de Siria hablaron con la ONG, Human Rights Watch para denunciar haber sido torturados durante su cautiverio-
Los jóvenes entre 14 y 16 años fueron puestos en libertad en los últimos meses, pero no sin antes recibir golpizas con mangueras y cables eléctricos.
Dijeron también que los radicales les obligaron a ver vídeos de ataques del Estado Islámico y decapitaciones
Sus guardianes agredían a quienes intentaban escapar de la escuela de la localidad de Manbech, en la provincia de Alepo, donde los tenían retenidos.
Asimismo, castigaban a los peores alumnos en las clases de religión que les impartían o cuando percibían un "mal comportamiento".
Los peor tratados por los yihadistas eran los parientes de miembros del Partido de la Unión Democrática (PYD), el brazo político de las Unidades de Protección del Pueblo, unas milicias kurdo sirias que se han convertido en uno de los principales enemigos del EI.
Uno de los menores, de 15 años, interrogado por HRW, explicó que a los alumnos que eran familiares de integrantes del PYD los extremistas les exigieron que les dieran la dirección de sus parientes en Kobani para buscarlos y "cortarlos en pedazos".
Según este adolescente, los secuestradores les golpeaban en las manos, espalda y planta del pie con cables eléctricos.
De acuerdo a este testimonio, un menor que un día murmuró "oh, madre" fue colgado con las manos y un pie atados a la espalda, porque "debería haber llamado a Dios" y no a su progenitora.
Condiciones de supervivencia
Según los testimonios de los adolescentes, los secuestrados fueron divididos en ocho grupos, repartidos cada uno en una aula del colegio de Manbech.
Cada adolescente recibió tres mantas – dos para dormir en el suelo y una para taparse. Sus captores les permitían lavarse una vez cada dos semanas y les daban dos comidas diarias; y no les dejaban jugar fuera después de que cinco consiguieran escapar.
Los menores señalaron que en raras ocasiones fueron visitados por sus padres o recibieron llamadas telefónicas suyas, y tenían prohibido hablar en kurdo.
El EI les forzaba también a rezar cinco veces al día y recibieron una formación religiosa intensiva.
¿Por qué los dejaron ir?
Los cuatro chicos apuntaron que la única explicación que sus captores les dieron sobre su puesta en libertad es que había acabado ya su formación religiosa. Se sabe que los yihadistas les hacían leer el Corán y "pegaban a los que no aprendían".
Los radicales les dieron a cada uno 150 libras sirias (alrededor de un dólar) y un DVD con material religioso, y les dejaron marchar.