¿Bad Bunny financió su carrera musical con dinero del Chavismo?

Bad Bunny es actualmente considerado el rey Midas de la música urbana. Según el reporte más reciente de Celebrity Net Worth, Benito Martínez, nombre real del artista, posee una fortuna de 18 millones de dólares. Sin embargo, los inicios en su carrera musical no siempre fueron así de auspiciosos.

Un reportaje de investigación hecho por la revista Billboard, reveló que, en el año 2014 Rafael Ricardo Jiménez Dan fundó la empresa Rimas Entertainment en sociedad con Noah Assad. Lo que nadie sabía es que el primero fue viceministro del gobierno de Hugo Chávez y trabajó bajo su mando hasta el 2013, año en que falleció.

En 2014, Jiménez se estableció en Miami y fundó dos empresas relacionadas con el rubro alimenticio, los principales activos que sirvieron para conformar Rimas Entertainment. Ese mismo año, Assad fundó una sucursal en Puerto Rico, sabiendo que la música urbana era un mercado en alza y que ese país era una gran cantera de futuras estrellas del trap y reguetón. Uno de los primeros convocados fue Eladio Carrión, amigo personal de Benito Martínez, hoy conocido como ‘Bad Bunny’, quien se integró en 2016 por un mandato expreso de Ricardo Jiménez a su socio Noah Assad, según Billboard, con un correo ordenándole fichar a Martínez con un contrato al que llamaban Contrato 360.

La investigación periodística refiere que luego Jiménez se convirtió en un socio bajo la sombra y que el rostro de Rimas era Assad actualmente además manager de Bad Bunny. La información refiere que actualmente Jiménez cuenta solo con el 40% de las acciones de Rimas y que existen negociaciones vigentes con Sony Music para comprar esas mismas acciones y, con ello, dar participación en acciones a Martínez y deslindar vínculos.

Aunque este negocio aún no está cerrado, lo que se puede desprender del extenso informe hecho por los periodistas Marcos David Valverde y Ed Christman es que efectivamente existen indicios muy fuertes para concluir que la carrera del hoy denominado Conejo Malo sí tuvo vínculos económicos con el chavismo.

Pero Bad Bunny no habría sido el único, pues el reportaje da cuenta de que una subempresa de Rimas Entertainment llamada Habibi es la que actualmente representa a Karol G.