Villa María del Triunfo: Anciana muere atropellada y chofer se intenta fugar
El hombre que manejaba esta unidad de transporte público no solo intentó darse a la fuga, sino que también tenía antecedentes por haber atropellado a otra adulta mayor en marzo de este año
Matilde Noa, una mujer de 82 años, perdió la vida luego de ser atropellada y arrastrada por un bus, en el distrito de Villa María del Triunfo, a pocos metros de su casa.
El hombre que manejaba esta unidad de transporte público no solo intentó darse a la fuga, sino que también tenía antecedentes por haber atropellado a otra adulta mayor en marzo de este año.
Despidieron al primer y más grande amor de sus vidas, en medio de interminables lágrimas y cargando un dolor que calaba hasta el alma. Su madre querida les fue arrebatada y la tristeza los envolvía como una pesada manta, mientras intentaban procesar lo ocurrido.
A sus 82 años, Matilde Noa de Laura mantenía una admirable actividad física como buena puneña lucía siempre sus mejores pasos de baile en cada reunión familiar.
Con esa alegría y carisma logró conquistar el corazón de Felipe Laura, su amado esposo con quien tuvo tres hijos y juntos compartieron los mejores años de su vida. Lamentablemente, hace seis meses le tocó la difícil tarea de darle el eterno adiós a su compañero de tantas risas y aventuras.
Doña Matilde no se dejó abrumar por la nostalgia y como cada mañana desde hace 33 años, siguió saliendo a vender papas rellenas en los exteriores de un colegio cerca a su casa. Con gentileza y mostrando una tierna sonrisa en el rostro, atendía a grandes y pequeños.
Eran las 6:09 de la tarde ya casi estaba oscureciendo, Matilde venía de hacer sus compras del mercado y con bolsa en mano se dirigía a su casa, pero de pronto el bus que manejaba Freddy Retamozo pasó por esta vía. La atropelló, la arrastró y finalmente le quitó la vida.
Los testigos de la tragedia corrieron hacia el bus y lograron impedir que el conductor de la unidad siguiera pasando por su encima. La escena se llenó de gritos de horror y desesperación. El cuerpo de doña Matilde quedó atrapado debajo de una de las llantas, su muerte instantánea.
Minutos antes de que Freddy Retamozo atropellara a esta adulta mayor, un grupo de mototaxistas grabó el exceso de velocidad con el que conducía esta unidad de transporte público.
El hombre venía desde la entrada de San Gabriel zigzagueando como un borracho e incluso hasta los mismos mototaxistas se pasaban la voz. El vehículo circulaba por el jirón El Progreso en Villa María del Triunfo, de pronto giró a la izquierda para ingresar a la estrecha calle 28 de Diciembre.
Con un chirrido de llantas, impactó contra doña Matilde y la arrolló antes de que ella pudiera reaccionar. Mientras todos los llamaban desesperados a la policía y miraban con pesar el cuerpo sin vida, Freddy Retamozo aprovechó el pánico para intentar escapar del lugar y lo hubiera logrado de no ser por los vecinos.
Luego de que los testigos descargaran su ira contra él, lanzaron piedras y otros objetos contundentes al bus que manejaba dejándolo completamente destrozado.
Para los hijos de doña Matilde, recibir la devastadora noticia de que su madre había fallecido fue como si el mundo se paralizara como si todo se tratara de una pesadilla.
El accidente dejó una marca de dolor indeleble en todo el vecindario. Una de las mujeres más querida de la zona murió por culpa de una aparente imprudencia. A Freddy Retamozo lo llevaron detenido a la sede de la unidad de investigación de accidentes de tránsito de Lima Sur ubicada en Lurín, pero luego de dos días salió en libertad.
No es la primera vez que este hombre pone en peligro una vida. Según la denuncia interpuesta en su contra, en marzo de este año atropelló a una mujer de 67 años cuando se encontraba haciendo trabajos de limpieza afuera de su casa.
Su cuerpo quedó con múltiples lesiones y sobrevivió de milagro; sin embargo, doña Matilde no corrió con la misma suerte.
Elmer Laura, hijo mayor de doña Matilde, pasó los momentos más dolorosos de su vida dentro de una dependencia policial. Por más que quería estar en el velorio de su mamá, sentía que debía estar atento a las diligencias de las autoridades.
Queda en manos de las autoridades correspondientes determinar si Freddy Retamozo va a prisión o si seguirá al volante de más unidades como estas.
Isabel y Roxana recuerdan la calidez de los abrazos de su madre, el sonido reconfortante de su risa y la ternura en sus ojos cuando las miraban. Crecieron sabiendo que podían confiar en su mamá para todo.
En su hogar ahora solo hay soledad y angustia. El aroma exquisito de las papitas rellenas que preparaba con amor y que perfumaba la cocina quedará impregnado en el recuerdo. Así como su canción favorita que cantaba desde niña porque le recordaba a su natal Puno.
El lugar en donde vendía sus papitas rellenas queda vacío y se convierte en un recordatorio constante de su intempestiva partida. Aunque ya no está físicamente, el legado de amor y bondad continuará guiando a sus tres hijos, unidos más que nunca, en el camino hacia la búsqueda de justicia, unidos por el amor de la eterna madre y abuela, Matilde Noa.