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24.02.2018

Venezolanos en el Perú: ¿Cómo afrontar el proceso de migración?

El escritor y teólogo peruano Samuel Escobar nos habla más al respecto desde su propia experiencia

Por: Noelia Becerra

El superintendente nacional de Migraciones, Eduardo Soldevilla, informó recientemente que en el Perú hay 105 mil venezolanos a la fecha. El éxodo masivo de los ciudadanos extranjeros nos lleva a reflexionar en el proceso de migración, sus causas y sus efectos, así como el reto que afronta la población local para dar la bienvenida a los nuevos ciudadanos sin perder la propia estabilidad.

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América Noticias conversó con Samuel Escobar, escritor y teólogo peruano, quien desde su propia experiencia como migrante, y tras haber investigado en extenso sobre el tema, nos explica qué puntos hay que tomar en cuenta en medio del escenario actual.

La migración vista desde los ojos de un migrante

Escobar Aguirre recuerda que vivió en países como: Argentina, Brasil, Canadá e Inglaterra. Comparte así acerca del desarraigo que afronta un ciudadano y la necesidad de “pensar en que la migración es un fenómeno que va a continuar”; cita a Canadá como ejemplo que ha adaptado su legislación para recibir a la población extranjera e integrarlos a su desarrollo.

Como teólogo aporta que la legislación más antigua sobre migraciones se encuentra en la Biblia. “La legislación más antigua sobre migración está en la Biblia, donde Dios le dice al judío: tratarás bien al extranjero porque tú fuiste extranjero. Hoy en el Perú, que tenemos una población venezolana, podríamos decir: tratarás bien al venezolano porque tú fuiste a Venezuela. En la década de 1960, 1970 había una migración peruana tremenda hacia Venezuela, y esa reciprocidad se vuelve un principio importante que hay que cultivar”.

Migrantes por elección y por obligación: el caso de Venezuela

Hoy, los ciudadanos venezolanos que radican fuera de su país lo hacen no por una experiencia de turismo sino, en la mayoría de casos, como una huida ante la situación que afrontan dado a su contexto político. “El migrante por elección es generalmente de una clase social más alta, en el sentido de que ha escogido ir a otro país y empezar otro futuro. En cambio, el que migra por obligación no tiene tiempo de ahorrar, reunir dinero, arreglar todos sus papeles, es una situación de mayor emergencia”, sostiene Escobar.

La influencia venezolana y los cambios en el Perú a largo plazo

Sin duda, la llegada de ciudadanos extranjeros representa un cambio para el Perú, por lo que Samuel Escobar apunta que se dará “una mecánica social de adaptación”. “Se va a enriquecer culturalmente el país con un aporte nuevo y, posiblemente, con un cierto elemento de competencia que es parte del sistema capitalista en el que vivimos. Si el otro trabaja mejor que tú, tú tienes que aprender a trabajar mejor para poder competir”. 

Retos para el migrante venezolano y el ciudadano peruano

Las diferencias culturales son las que toman más tiempo en ser asimiladas, sobre ello, sostiene que “Hay un problema de adaptación. Aunque hablamos la misma lengua, culturalmente hay diferencias. El migrante tiene que adaptarse a la nueva situación, y la persona del país que recibe al migrante también tiene que adaptarse a la nueva situación que le presenta la presencia del migrante”.

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Añade que “si el migrante viene a competir conmigo y yo me quedo sin trabajo y el migrante tiene trabajo, allí se genera una situación de mala voluntad, de queja, de desprecio, de molestia, y los gobernantes tienen que trabajar con estos hechos básicos y poder, por medio de la legislación y la educación, poder ayudar a la población que recibe migrantes a adaptarse, y a los migrantes también”.

Samuel Escobar nació en Arequipa en 1934 y posteriormente se trasladó a Lima, en donde estudió en la Facultad de Letras y Educación de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Es catedrático emérito de Misionología en el Seminario Teológico Palmer de Pennsylvania (Estados Unidos). En 1970 participó en la fundación de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y posteriormente se desempeñó como presidente de las Sociedades Bíblicas Unidas; ha desarrollado una extensa carrera como escritor, publicando libros como: Evangelio y realidad social, Tiempo de misión (1999), Changing Tides: Latin America and Christian Mission (2002), y La Palabra: vida de la iglesia (2006), entre otros. 

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