Valiente testimonio: mujer grabó video después de haber sido golpeada por su pareja
Dijo que lo hizo para denunciar la falta de apoyo que sintió cuando trató de hacer su denuncia
"Lo sentí en su momento como un deber moral", dijo la mujer, quien pese a haber recibido un golpe en la cara, tuvo la fuerza de tomar su webcam para grabar un video y contar lo que su pareja le había hecho minutos antes.
Se trata de Natalia Bresó, una ciudadana argentina que vive en Lima hace varios años. Según la historia que compartió en su cuenta de Facebook, el hecho se produjo en San Miguel, el 14 de abril de este año, en su casa, y delante de su pequeña hija.
"Eran aproximadamente las 2.30 de la mañana y una discusión con mi expareja, Víctor Miguel Castillo, derivó en un golpe en mi ojo derecho", escribió la joven.
No obstante, Natalia aseguró que llamó a sus vecinos y nadie salió a ayudarla. Dijo además que la Policía tardó casi una hora en llegar a su casa, y que no recibió el trato que esperaba. "Una de las primeras cosas que escuché de los que esperaba sean mis guardianes fue: “¿Y usted qué le hizo?”. A continuación, una seguidilla de actos burocráticos acabaron por doblegar mi ánimo", señaló.
Desanimada como estaba, se armó de valor, tomó su webcam y grabó un video contando lo que había sufrido, pero no fue hasta ahora que decidió hacerlo público en las redes sociales.
"No es una cuestión personal ni de revancha, solo utilizar el testimonio del que tuve la lucidez de hacer en ese momento y utilizarlo de una manera fructífera, porque el sistema legal más que ayudar, lo que terminó haciendo fue doblegarme. Al no encontrar un espacio en donde uno pueda repudiar este hecho, consideré que mejor era volcarlo a las redes", dijo.
La falta de apoyo de las autoridades la hicieron desistir de continuar con su denuncia, sin embargo sintió que no podía quedarse callada, y tras asesorarse con abogados, hizo pública su historia para que sirva de lección a otras mujeres.
Finalmente Natalia aseguró que aún siente temor por lo que pueda hacer su agresor, pero que no se siente débil. "Creo que callarme sería reforzarlo más, el temor existe pero no estoy contenida. Muchas mujeres no se animan a contar su historia por temor a represalias, pero me he dado cuenta que al animarse uno encuentra más apoyo", aseveró.