Tragedia en Huaral: La historia del huaico que dejó a su paso escombros, desaparecidos y damnificados

Así se quebraba la tranquila vida de 400 peruanos residentes en el centro poblado de La Perla, en las alturas de Huaral. Un potente aluvión llevó todo lo que encontró a su paso cerro abajo. Iris Poma recogía maíz de su chacra cuando la tierra la sepultó.

Su velorio fue sólo el anticipo de la tragedia que rondaría este caserío del distrito de Atavillos, ubicado a cinco horas de Lima Metropolitana, pero al que no es fácil llegar debido a lo angosto del camino.

Los vecinos de La Perla pasaron la madrugada del viernes en vigilia. Hasta ese momento, tres personas estaban desaparecidas, aunque la desgracia pudo ser mayor si es que el alud caía de lleno sobre el colegio de secundaria de la localidad.

Debido a las constantes lluvias en la zona se esperaba una inundación, por lo que los alumnos del colegio acababan de practicar cómo evacuar. Sin embargo, llegada la emergencia real, fue el instinto lo que los guio.

Todos en La Perla coinciden que de haber ocurrido en otro momento del día o, lo que es peor, de noche, la situación hubiera sido más aterradora.

Al día siguiente, con la llegada de los primeros escuadrones de ayuda, fue posible cuantificar el daño producido por el desprendimiento de tierra.

Familiares de los desaparecidos imploraban que alguna pala mecánica ayude a remover el lodo pues albergaban la esperanza de que sus seres queridos estén con vida.

Era tanta la desesperación que personas de comunidades aledañas llegaban con picos y palas a ofrecerse como mano de obra en las labores de remoción de escombros.

El mayor obstáculo, sin embargo, no era el protocolo de seguridad, sino las entrañas del cerro. Los primeros estudios concluyeron que el agua de las lluvias se filtró en la tierra y convertía las laderas en potenciales deslizamientos asesinos.

Lamentablemente, el pronóstico tardó poco en cumplirse. A las 4 y 50 de la tarde, un nuevo alud acabó de ensombrecer La Perla. La lista de desaparecidos aumentó tras el deslizamiento. La conmoción se volvió a apoderar del pueblo, en menos de 24 horas.

Pero, en medio del caos, una voz de alerta avivó la esperanza.Todo hacía presagiar que los rescatistas, que nunca dejaron de trabajar pese al peligro, habían dado con un sobreviviente.

El dron de América Noticias captó la desesperación de los rescatistas por llegar a la emergencia. La cuadrilla trató de estabilizar al hombre rescatado. Cada segundo era importante, pero había que ir despacio pues la bruma vespertina acortaba la visibilidad.

Después de cruzar, con ayuda de linternas, un lodazal que antes había sido una loza deportiva, la camilla llegó al puesto de salud de la localidad.

Sin embargo, con la noche cayó también la breve alegría del hallazgo: el sobreviviente, Willy Cachay, murió pese a los esfuerzos de los médicos. Este hombre de 46 años, junto con otros voluntarios, ignoró la recomendación y buscó con sus propias manos a sus vecinos desaparecidos.

La mañana del sábado, por el miedo a nuevos huaicos, La Perla se fue quedando sin gente. Los últimos que quedaban organizaron una olla común.

Dos días después de la tragedia, la maquinaria pesada que el pueblo clamaba seguía sin llegar. Pese a todo, las labores de rescate no cesaron y contaron la ayuda de perros entrenados para situaciones como esta. Nuevamente con ayuda del dron se pudo observar el enorme tajo que había quedado en una parte del cerro tras los deslizamientos.

La mañana del domingo, el ministro de Defensa relevó a su colega del despacho de Justicia en la labor de enlace entre el poder ejecutivo y los afectados.

El saldo, hasta el momento, es de dos personas fallecidas tras la caída de lodo y piedras. Pero en La Perla se sigue implorando que los rescatistas den con los demás desaparecidos, aunque sea para poder enterrarlos como es debido.

Lo que antes fue un tranquilo pueblo se convirtió, de un momento a otro, en un cementerio al cual todos en este valle miran con pena y dolor.