Regreso a clases: escombros presenciales
El panorama a un mes de volver a clases es incierto debido a que no se hizo un trabajo planificado. Seis ministros de Educación en sólo dos años puede ser parte de la explicación.
Como se sabe desde el año pasado, el 2022 será el año en el que las clases presenciales en los colegios peruanos retornen. Han sido dos años en los que niños y adolescentes no han podido acudir a sus instituciones educativas debido a las medidas tomadas por el gobierno para evitar los contagios de Covid-19.
Esta pared es apenas uno de los problemas que tiene la institución educativa Nuestra Señora de La Merced, en San Juan de Lurigancho.
El colegio está ubicado en la falda de un cerro que, en los últimos dos años, se llenó de casas al borde del abismo. Estas construcciones informales provocan deslizamientos de rocas que caen con tal fuerza y velocidad que dañan las paredes del centro educativo.
Carmen Anchay, auditora de la contraloría indicó que “los propios pobladores que viven ahí pueden accidentarse y también la propia instalación de las viviendas puede hacer daño porque pueden seguir cayendo las rocas y , como hemos visto, caen las rocas al interior”.
Junto a un pabellón, declarado inhabitable, llaman la atención dieciséis módulos que deberían ser temporales, pero que no están contemplados en ningún plan de renovación.
Óscar Salas, Director de la I.E. Nuestra Señora de La Merced, señaló que han pedido a Pronied la mejora de su infraestructura en el colegio.
“Sí, hemos solicitado a Pronied, el año pasado incluso, pero todavía no hemos tenido una respuesta positiva”. Estas aulas prefabricadas se instalaron como solución momentánea a los locales en riesgo.
En Comas, estas imágenes se grabaron en febrero del 2020, antes que se suspendieran las clases presenciales por la pandemia. Se demolió un pabellón del colegio Alfonso Ugarte de Comas para construir uno nuevo. Dos años después no se ha hecho nada y sólo se han colocado dos módulos temporales.
Maritza Morante, Directora de la I.E. 3060 Alfonso Ugarte, detalló que “vino la ministra de educación, la directora de la DRELM para la demolición. Luego, para poder reemplazar esas cuatro aulas, instalaron estos dos módulos. Desde aquella fecha empezó la pandemia, no se utilizaron y tampoco se vio la construcción. De lo que fueron cuatro ahora quedaron dos”.
Lo mismo ocurre en el colegio Divino Niño Jesús, en la provincia de Chincha. Hace dos años, las cámaras de América Noticias revelaron las pésimas condiciones del lugar. El tiempo pasó y aún se puede ver desmonte junto a las aulas. El cerco perimétrico sigue siendo de esteras y - en vez de paredes - hay cartones derruidos y viejos. La precariedad y el riesgo se resumen en esta silla sobre la que se apoya una pesada viga de madera. En este colegio tampoco se hizo nada durante el tiempo de la pandemia.
La excusa para tal nivel de abandono es que el terreno del centro educativo no está saneado y, por tanto, no se le puede incluir en proyectos de construcción.
Frente a esta situación, el exministro de Educación, Ricardo Cuenca, reveló que por medio de los congresistas, los alcaldes le pedían asistencia técnica para poder tener su escuela.
“Cuando yo estuve en el Ministerio de Educación, llegaban congresistas a decir: este alcalde necesita que se le dé la asistencia técnica para poder tener su escuela porque está esperando hace ocho años y cuando yo preguntaba me decían que no tenían el informe de saneamiento físico legal del terreno y, sin eso, era imposible que el Gobierno le pueda dar la plata para hacer. Entonces…desde mi experiencia, siempre necesitamos más dinero, sin duda, pero también tenemos que ser más eficientes con el uso de los que tenemos, ¿no?”.
De regreso a Comas, esta es la institución educativa República de Cuba en Comas, cuyos muros resaltan por el salitre de sus ladrillos y el óxido de sus fierros. En el presupuesto 2021 se aprobó un millón 300 mil soles para la reconstrucción del cerco perimétrico. Hasta ahora, febrero de 2022, no se ha hecho nada.
Encima, se demolieron quince aulas del centro educativo, las cuales recién podrán ser sustituidas por los famosos módulos temporales entre mayo y julio de este año. Entre tanto, 300 alumnos de primaria y secundaria son los más perjudicados pues no tendrán donde recibir clases presenciales a partir del próximo 28 de marzo.
Otro caso es en Piura donde se menciona la existencia de dinero pero que no se gasta, incluso se gasta pero a cuenta gotas.
Luis Enrique Feria, director de la I.E. César Vallejo, manifestó que en su escuela tienen problemas con los servicios higiénicos.
“Estos son los servicios higiénicos. No hay lavador de manos más los inodoros. No están los inodoros”.
Los trabajos de remodelación del colegio César Abraham Vallejo Mendoza, con financiamiento de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, comenzaron en septiembre de 2020. Año y medio después, el plantel educativo es un examen inconcluso.
“Son quince secciones que van a tener que trabajar, pero no tenemos ninguna operativa”, agregó Enrique Feria.
Aulas vacías y material educativo empolvado es lo que más abunda en este armatoste de cemento. Quinientos alumnos matriculados en este centro educativo para el presente año no podrán volver a clases presenciales en estas condiciones. Incluso, el hijo del director del plantel formará parte de esta legión de alumnos sin pupitres.
“Lamentablemente va a tener que quedarse en casa. Lamentablemente va a seguir la educación virtual, que muchos de nuestros estudiantes no pueden hacerlo. Y esa es la gran tristeza que nos da, la impotencia, ¿no?”.
Bajo ese contexto, Luis Ceballos, padre de familia, indicó que su pequeño no podrá asistir al colegio por la infraestructura de la escuela.
“Él está en cuarto grado, pero pasa ya a quinto grado. Nos preocupa la problemática del colegio. Dos años y no se puede terminar la obra”.
El pequeño Abraham, igual que todos los niños de su edad en la zona urbana, recibió clases a distancia. Pero él, al menos, tiene la esperanza de que en este mes y medio un milagro ponga su colegio a funcionar. Esa fe no cabe en el centro educativo José Olaya, cuyas paredes se caen literalmente a pedazos.
En tanto, Walter Llapapasca, director de la I.E. José Olaya de Piura, indicó que “hace dos semanas, este muro del colegio cayó y tememos que el resto del colegio vaya a caer. Tenemos una pared a punto de colapsar y podría llevarse el resto de paredes. Felizmente no ha ocurrido una desgracia porque estamos en tiempo de vacaciones, pero habría sido lamentable que ocurriera en tiempo de clases.
Según cifras del mismo ministerio de Educación, casi el 40 por ciento de locales educativos del Perú necesita ser reconstruido totalmente. En dos años de pandemia y clases a distancia, las propias autoridades de Educación poco o nada han hecho al respecto.
Otro exministro de Educación también se pronunció sobre la situación de los colegios en el país de cara al retorno a clases.
“Un colegio se debería construir en un año o año y medio, pero resulta que este proceso, en la mayoría de licitaciones, dura entre cuatro o cinco años. Se hace una licitación, alguien gana y desarrolla el 30 o 40 % de la estructura. Luego, lo deja. De ahí se reconstruye el expediente técnico, lo cual puede demorar de seis meses a un año, y otra vez se vuelve a licitar. Y esa licitación, tras avanzar, nuevamente lo dejan o lo abandonan”, manifestó Juan Cadillo.
En esa misma línea, Armando Canchanya, vocero de la Contraloría General de la República, dijo lo siguiente: “Dos años de preparación para cuestiones relacionadas con ejecución de presupuesto. Eso es importante porque los alumnos de colegios públicos son la gran mayoría en el país, quienes no tienen la posibilidad de asistir a un colegio particular y que dependen de los servicios que el estado les brinde.
“Para resolver el problema de infraestructura educativa necesitamos, más o menos, 32 años. Más, si estamos esperando que todo esté listo, con pandemia o sin pandemia no podríamos regresar”, acotó Ricardo Cuenca.
El otro gran problema de infraestructura que desnudó la educación a distancia es el de la poca conectividad. El exministro Juan Cadillo asegura que - durante su breve gestión – buscó que la mayoría de colegios tuviese internet en el 2022, pero tras su salida, se optó por una licitación por 120 millones de soles que tardará tres años en darles planes de datos a las escuelas.
“Nosotros tratamos en ese momento de para la licitación y ver si había la factibilidad, para el 2022, de dar presupuestos a cada uno de los colegios para que ellos mismos escogieran su proveedor de internet más 120 millones, divididos entre 300 soles mensuales, permitía que todos los colegios urbanos tuvieran, el 2022 y parte del 2023, conexión a internet. Lamentablemente, me sacaron al día siguiente, y los técnicos, al no tener respaldo político y por temor a alguna sanción, el proyecto se licitó, ¿no?”, precisó Cadillo.
Pero hay estudiantes que tienen un poco más de fortuna. Este colegio en San Juan de Miraflores recibió una inversión de quince millones de soles para su remodelación. Fue inaugurado esta semana por una numerosa comitiva, encabezada por el presidente Pedro Castillo y su ministro de Educación, Rosendo Serna.
“No es tiempo de estar bloqueando, saboteando el trabajo, el retorno a la escuela. Todos tienen que colaborar aquí, a efecto de que el 28 de marzo los niños estén en las escuelas”, sostuvo el ministro de Educación, Rosendo Serna.
Es verdad que existe un esfuerzo para la recuperación de algunos colegios, pero también es cierto que en los dos años de pandemia se hizo muy poco para mantener y mejorar su infraestructura. Muy distinto sería el panorama a un mes de volver a clases si durante ese tiempo se hubiese hecho un trabajo planificado. Seis ministros de Educación en sólo dos años puede ser parte de la explicación.