Los primeros 100 días de Francisco Sagasti como presidente de la República
El presidente de transición llegó al Gobierno tras la renuncia de Manuel Merino. Su gestión afronta la segunda ola de la pandemia por la COVID-19, la adquisición de dosis contra este virus y el escándalo VacunaGate.
El presidente Francisco Sagasti cumple 100 días desde que juró como jefe de Estado, en remplazo de Manuel Merino y en un contexto de crisis política.
Como se recuerda, Sagasti fue el tercer mandatario que tuvo el país en una semana de noviembre, tras la vacancia presidencial contra Martín Vizcarra y la renuncia de Merino luego de las protestas de la población contra suya y la muerte de dos jóvenes.
Sagasti entró al Gobierno también en una situación en que el país viene afrontando la pandemia por la COVID-19 y con una segunda ola con mayor rapidez de contagios y más problemas en el sistema de salud que la primera ola. Ejemplo de ello es el déficit de oxígeno medicinal diario, la falta de camas UCI disponibles y la crisis económica que afecta a millones de peruanos.
No obstante, en enero, Sagasti dio noticias concretas sobre la llegada de las vacunas, asegurando que a la primera entrega de 300 000 dosis de Sinopharm se concretaba una segunda de 700 000, completando el lote de 1 millón de vacunas.
En enero, también el Gobierno de transición anunció una segunda cuarentena, esta vez focalizada. Inicialmente era hasta quincena de febrero, pero se extendió a finales de mes.
Recientemente, Sagasti ha afrontado el escándalo VacunaGate, en el que se reveló la vacunación indebida de diversos funcionarios, incluyendo a las entonces exministras Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete, quienes renunciaron días antes de revelarse la lista de inoculados de forma irregular.
"Reiterar nuestra indignación y decepción por haber conocido que 487 personas, entre ellas funcionarios públicos, aprovecharon su posición para ser vacunadas con la dosis de Sinopharm. Lamento profundamente que en la lista (...) se encuentren personas que formaron parte de nuestro gobierno. Entre ellas, las exministras Elizabeth Astete y Pilar Mazzetti.
Este escándalo habría debilitado al Gobierno, dado que desde el Congreso se planteó presentar una moción de censura contra la Mesa Directiva del Parlamento. Ello pondría a Sagasti en la cuerda floja.